Desde que el canadiense Cyle Larin llegó al Real Valladolid, los resultados en La Liga Santander de los vallisoletanos han mejorado notablemente. El equipo, que sufría por evitar el descenso, acumula ya algunas jornadas fuera de él y la dinámica del Valladolid ha mejorado ostensiblemente.
Pero es que, al analizar los números de Larin desde su llegada a La Liga, se puede entender más su impacto y su espectacular momento de forma; ha logrado cinco goles en ocho encuentros con el cuadro de Pacheta, un estado de gracia que ha prolongado en el reciente parón de selecciones sumando tres goles en dos partidos. En total en 2023, el canadiense suma ocho goles en 10 partidos, un brutal promedio de 0,8 tantos por encuentro que lo sitúa, por ejemplo, por encima del 0,73 de Lewandowski en Barcelona. Pocos jugadores en las ligas europeas superan ese salvaje dato. Haaland y poco más, de hecho.
Y es que Larin se puede situar, por derecho propio entre los fichajes de invierno más resolutivos de siempre. Cuando Aubameyang llegó al Barça el pasado año, anotó 11 goles en 17 encuentros ligueros y se le comparaba con aquel altísimo serbio que iluminó al Racing de Santander a principios de siglo, un Nikola Zigic que cerró su primer medio año en La Liga con unos 14 goles que aún hoy son un récord en media temporada. Un récord que, por cierto, Cyle Larin puede llegar a batir si sigue por estos derroteros.
Y si hablamos del impacto del jugador llegado del Brujas a la clasificación del Valladolid en la competición liguera su impacto no disminuye, que digamos; sus goles han dado la friolera de siete puntos a un equipo que ahora tiene 28 en la tabla. Marcó para certificar sendos triunfos 1-0 ante Valencia y Real Sociedad, con los que sacó al equipo de los puestos de descenso, y también para arañar un importante punto de Elche, 1-1, y así evitar que los vallisoletanos se vieran en más líos si cabe y que los ilicitanos tuvieran más opciones de reengancharse a la lucha por la salvación, algo que ya de por sí beneficia al Valladolid, por eso de que haya menos pirañas en la pecera.
El norteamericano, que está cedido con opción de compra en Valladolid, ha encajado como anillo al dedo en el conjunto de Pacheta, y bien haría el equipo vallisoletano en quedárselo en propiedad si lo permite la economía y se mantiene en primera división.
Fotografía: Real Valladolid.
