El artista lagunero dedicó su talentosa carrera a reflejar distintos paisajes, siendo un referente en la provincia.
Tras la reciente pérdida de Lorenzo Duque, Laguna de Duero llora la marcha de otro de sus referentes artísticos, el paisajista Luis Piñero. Nacido en 1948, este vecino, quien dedicó su vida al arte convirtiéndose en todo un referente en la provincia, recibió su último adiós el pasado 27 de noviembre, dejando un rico legado en sus lienzos.
Atraido desde su infancia por los pinceles, las acuarelas y los caballetes, Piñero se formó en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Valladolid, licenciándose con premio extraordinario y recibiendo además el premio Martí Monsó de dibujo artístico. Aunque fue dibujante de profesión, dedicó mucho tiempo de su vida a una afición y vocación que le llevaron a trasladar a los lienzos multitud de paisajes de todo el país.
Integrado en la Unión Artística Vallisoletana, el lagunero vio su talento reconocido a través de numerosos reconocimientos en decenas de concursos de distintas localidades. Su especialidad eran los concursos de pintura rápida, que le permitían pintar al aire libre y por puro placer.
Piñero experimentó y llegó a dominar distintas técnicas en sus creaciones, desde la acuarela hasta el acrílico pasando por el óleo, manteniendo una perspectiva realista en todo momento, y fue, a lo largo de su andadura, muy participativo en diversas tertulias y encuentros artísticos de la provincia.
Su pasión y sus conocimientos fueron además transmitidos a generaciones emergentes y quedan, ahora, reflejados en cada uno de sus trabajos, dando cuenta de un talento que fue reconocido en multitud de enclaves.
Fotografía: Archivo familiar.