El centro ubicado en Prado Boyal cuenta ya con cuatro unidades de convivencia para prestar un trato aún más cercano y personalizado
El modelo de asistencia sociosanitaria a personas mayores ha ido evolucionando poco a poco. Hasta hace unos años las opciones ofrecidas en las residencias eran muy similares para todos los usuarios pero ahora se apuesta por otras que tienen grandes ventajas para los residentes siendo la más novedosa las unidades de convivencia. Estas consisten en la creación de grupos más reducidos con necesidades similares de atención, lo que favorece un trato más cercano y personalizado.
Sabedores de los beneficios que esta modalidad tiene para las personas mayores y en la búsqueda constante de aquello que mejore la calidad de vida de sus residentes, en CleceVitam Gerohotel se han renovado y han creado en su centro residencial ubicado en Prado Boyal (C/Prado, 16) cuatro unidades de convivencia diferenciadas en función del grado de dependencia de sus miembros.
Las unidades de convivencia son espacios definidos (pero no cerrados) dentro de una residencia de mayor tamaño en los que convive un pequeño grupo de personas mayores que requieren del mismo tipo de cuidados. Estos espacios tienen unas rutinas similares a las de un hogar para que sus usuarios puedan sentirse como en casa.
El objetivo es que la persona mayor gane autonomía pudiendo hacer frente a las actividades básicas de la vida diaria y compartiendo su día a día con otros mayores que están en circunstancias similares.
“Hemos reorganizado las zonas comunes y modernizado la residencia para adaptarnos al nuevo sistema asistencial que estábamos deseando ofrecer y que se ha sumado al modelo de atención centrada en la persona que seguimos desde hace años”, señala su directora, Silvia Ramón. Así, cada grupo estable de convivencia cuenta con un máximo de 23 personas, facilitando el conocimiento por parte de los profesionales del centro de los gustos y necesidades de cada una para acomodarse a ellos.
“La zona para nuestros residentes más dependientes está totalmente adaptada a sus necesidades, garantizando para ellos una mayor calidad de vida gracias también a un equipo de técnicos de referencia”, añade la responsable de CleceVitam Gerohotel, quien destaca la remodelación de la recepción con nuevos sillones relax y reclinables para mayor comodidad de las personas mayores y sus familias.
Apoyo constante
Para que su vida en CleceVitam Gerohotel sea lo más similar posible a estar en su propia casa, un equipo de profesionales especializados en distintas disciplinas (enfermería, terapia ocupacional, fisioterapia, etc.) ayuda a la persona residente a mantener su autonomía y ganar calidad de vida física y mental, además de ofrecer apoyo emocional.
Asimismo, todos los miembros de la plantilla de gerocultores actúan como personal de referencia para un grupo concreto de personas mayores, estando siempre pendientes de sus necesidades y siendo su enlace más directo con el resto de trabajadores. “El objetivo principal es que los mayores sientan el centro como su hogar gracias a espacios dimensionados para dar calidez y a la personalización de la atención”, apunta Ramón al tiempo que destaca, en este sentido, el completo programa de actividades con ocio y terapias para todos los gustos.
Música, lectura y familia
Sí, a lo largo del mes de abril CleceVitam Gerohotel ha sido el escenario de diferentes celebraciones destacadas que completan las actividades cotidianas de estimulación cognitiva y gerontogimnasia. De hecho, el día 11 el centro tuvo su particular Feria de Abril con la actuación de un grupo flamenco que sacó a bailar y cantar a buena parte de las personas residentes. Tan solo cuatro días más tarde, el 15, y con motivo del Día del Niño, las personas residentes regalaron a sus nietos y nietas más pequeños una manualidad elaborada por ellas mismas durante las sesiones de manualidades y el día 19 llevaron a cabo un taller de cocina en el que siguieron una receta dulce de su elección.
Del mismo modo, y teniendo en cuenta lo mucho que leen algunos de los usuarios del centro residencial, el Día del Libro (23 de abril) se festejó por todo lo alto con un taller de lectura y el intercambio de rosas de papel. Además, el equipo de Animación Sociocultural y Terapia Ocupacional ya tiene preparado un taller de musicoterapia y baile por el Día del Danza que se conmemora el 29 de abril. “Queremos que se sientan como en casa, que nos consideren hogar, y para ello no hay nada mejor que ofrecer opciones para todos los gustos y que cada persona mayor se apunte a lo que prefiera, tal y como hacía antes de elegirnos para disfrutar de esta nueva etapa de su vida”, concluye Silvia Ramón.
