La artista lagunera acaba de presentar la muestra ‘Beyond Form’, una exposición virtual en la que recoge un compendio de retratos inspirados en el impacto del Covid-19, al tiempo que trabaja diseñando interiores de edificios emblemáticos como el Three World Trade Center o el 425 Park Avenue.
Atraida por la llamada de la creatividad, Teresa Cacho Estefanía se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid, para después licenciarse en Bellas Artes en Madrid. Allí decidió explorar nuevos horizontes con la Arquitectura de Interiores, una formación que decidió terminar en la Universidad New School de Nueva York. Después de doce años viviendo su sueño en la ciudad que nunca duerme, la artista lagunera acaba de presentar su última muestra, ‘Beyond Form’.
¿Qué ha aportado a tu carrera el hecho de vivir en Nueva York?
Siempre me llamó la atención la cultura neoyorquina, fue una visión muy clara para mí. Aquí la gente está deseando trabajar duro, hay mucha diversidad y eso te hace aprender y mantener una mente abierta. La ciudad me aporta mucha inspiración. Para vivir aquí tienes que sentirte bien con que casi a diario vas a estar fuera de la zona de confort. He conocido a mucha gente a lo largo de estos años, con mucho talento y de muy diversos contextos. Me encanta pasearme por aquí y ver a la gente local, pequeñas galerías, artistas, performers y músicos en el parque e infinidad de restaurantes y bares.
Como artista eres multidisciplinar, pero te caracteriza el retrato, ¿no es así?
Sí, el retrato es mi tema favorito. Me gustan las escenas cotidianas y el paisaje también, pero el retrato tiene algo especial, ya que capta esa esencia de la persona. Nos invita a empatizar y a conectar con emociones que pasan desapercibidas en el día a día. Esa imagen, óleo o carboncillo, contiene un instante, tan breve, pero infinito, que se convierte en mágico.
¿Qué pasos sigues en tu proceso creativo y cómo defines tu arte?
No tengo un proceso concreto. Siempre estoy creando, a veces salgo con la cámara para captar la energía de la ciudad, otras veces algo capta mi atención y lo fotografío con el teléfono. A veces son pequeños bocetos que hago sentada en alguna terraza. La cuestión es anotar esas ideas que surgen para más adelante hacer una selección y decidir qué desarrollo y bajo qué tema. Ese proceso es también un ejercicio mental que te sugiere direcciones a tomar. Me gusta cuando las ideas evolucionan y se convierten en algo completamente diferente. No trato de hacer un arte transgresor, sino conector. El hecho de que alguien disfrute de lo que hago hace que el día a día tenga sentido, pues de eso se trata, de conectar y entender la vida y las pequeñas cosas como algo especial y único.
¿Qué puedes contarnos de los 22 retratos que componen tu última muestra, ‘Beyond Form’?
Todos los retratos expuestos en ‘Beyond Form’ son de gente cercana. La mayoría son momentos captados en el último año. Siempre hay una emoción detrás de cada personaje, amigos, familiares o gente que tiene algo que aportar en su contexto. Es una exposición virtual que he creado digitalmente con 3D Max Studio. Creí que era una forma perfecta de mostrar mi trabajo globalmente sin tener que estar físicamente en el lugar.
La muestra está relacionada con las vivencias de la pandemia. ¿Cómo se ha vivido esta crisis allí?
Para mí ha sido como un cambio de marcha. De repente toda la ciudad cierra, el trabajo lo sigo conservando, pero todo marcha ralentizado. Todos estamos en casa y la ciudad está en silencio. Muy inspirador desde mi punto de vista, mostrando la ciudad de una manera nunca vista. Encontré mucho más tiempo para dedicarlo al arte, salir a la calle y hacer fotografía de la gente local. Muchas manifestaciones en contra del racismo, tensión por el panorama político e incertidumbre de qué será lo siguiente. Aún así, la gente aquí ha estado más conectada que nunca y en ocasiones se ha sentido como un pueblo.
Eres, además, fundadora del colectivo Vainica Project. ¿Cómo colaboráis los artistas de la ciudad?
Nueva York está lleno de gente creativa, con ganas de trabajar, aprender y colaborar. Hay una inercia y energía contagiosa. Todo es posible si uno pone las ganas. Vainica Project salió de una colaboración con una amiga
de la universidad en Madrid. Las dos teníamos las mismas inquietudes. Queríamos hacer instalaciones artísticas y obra pictórica. Participamos en eventos haciendo proyecciones digitales e instalaciones de iluminación siempre que hay oportunidad. Nos encanta juntarnos y hacer brainstorming de lo que vivimos en el día a día, y eso deriva en multitud de conceptos artísticos e ideas a desarrollar.
Además de tu perfil artístico, ¿cómo es tu trabajo en el ámbito arquitectónico?
La arquitectura de interiores fue lo que me lanzó al mundo laboral aquí, y es un campo muy tangible a diferencia del artístico. Ahora trabajo como artista digital en Neoscape, un estudio que se dedica al marketing del mercado inmobiliario. Hago films, fotografía e infografías arquitectónicas. Algunos de los proyectos en los que he trabajado últimamente incluyen The Edge en el Hudson Yards, 3 World Trade Center, la expansión del Museo de Historia Natural y 425 Park Avenue. Antes de eso trabajé para varios arquitectos y fabricantes de muebles customizados. Es un campo intenso y muy creativo que después de nueve años todavía adoro y que además complementa mi trayectoria artística.
¿Te planteas un futuro en España?
Me encantaría poder estar conectada a los dos lugares. Ahora que desde la pandemia el trabajo lo realizamos remotamente parece más posible que nunca. Me gusta el input que Nueva York me aporta, pero también la familiaridad y el estilo de vida de España. Ideas tengo muchas, y mi meta sería poder vivir solo del arte y de colaboraciones con otros creadores.
¿Crees que en España hay oportunidades en el mundo del arte?
No sabría decir como está la situación actualmente, pero siento que España tiene muchas posibilidades para crecer como artista. Siempre hay algún programa público que ofrece espacios para exhibir tu trabajo, sobre todo a nivel local, y el éxito no es necesariamente fama. Al final todo depende de la actitud y la pasión que uno tenga. Siempre habrá un público adecuado para el arte.
