Ángel Sánchez, presidente y entrenador del C.D. Bádminton Laguna, se ha hecho con el Nacional Senior recientemente, y aunque afirma estar centrado en el club, admite que su objetivo a largo plazo es llegar al Europeo Senior “con calidad”
Con el término japonés ‘Ikigai’ el lagunero Ángel Sánchez define el bádminton como su forma de vida, un deporte que lo lleva acompañando desde los diez años y con el que ha crecido personal y deportivamente, pues desde sus comienzos en la escuela el joven ha pasado por varias etapas en esta materia. Recuerda que a los 16 años comenzó a ser, además de jugador, árbitro y monitor en colegios e institutos, hasta que en 2014 fundó junto a un amigo el C.D. Bádminton Laguna, que, como él, ha crecido hasta llegar a los 172 jugadores. «Mi trabajo, mi pasión, mi vida». Así resume lo que este deporte es para él, y ese amor por la raqueta y el volante son lo que recientemente lo han llevado a proclamarse campeón de España Senior 2025 en parejas y alzarse con el bronce en individual.
«Con dudas, pero con muchas ganas de dar todo de mí», así se presentó Ángel Sánchez el pasado mes de mayo a la competición nacional celebrada en Leganés. «En marzo tuve una lesión de hombro grave, pero no quería rendirme a pesar de las altas posibilidades de que se me volviera a luxar. Así que me puse a trabajar con el fisio, rehabilitación y muchos ejercicios de fuerza para llegar lo mejor posible», relata, y añade que los primeros pasos en la pista fueron «con miedo y controlando mucho los movimientos».
Pero su tesón y la buena complicidad con su dupla Javier Abián -referente del bádminton nacional- le hicieron «darlo todo en el campo» y remontar una final que comenzó muy negra para la pareja. «Empezamos perdiendo, pero al final ganamos el tercer set y fue una explosión de alegría y orgullo. Cuando tienes al lado a alguien tan bueno y potente como Javier sacas lo mejor de ti, y eso se refleja en los resultados», explica.
Sánchez señala que en el caso de la semifinal individual la suerte no estuvo de su parte, pues «la pista se hace más grande y los errores y los aciertos son solo tuyos». «Fue muy emocionante y muy duro, pero mi rival se merecía ganar y yo seguir trabajando».
Y son esas ganas de mejorar y trabajar para lograr resultados las que lo mueven a inculcar estos valores a sus alumnos y a luchar por seguir creciendo y, cuando llegue a los 35 años, poder participar en el Europeo Senior «con calidad».
