Ana María Pelaz, entrenadora del conjunto nacional de gimnasia rítmica, se siente “satisfecha” tras conseguir que la selección se proclamase campeona de Europa con tres oros y firmase un nuevo triplete dorado en la Copa del Mundo, a lo que se suman los dos bronces ganados recientemente en el Mundial de Brasil
Tras su paso por los Juegos Olímpicos de París, el conjunto nacional de gimnasia rítmica continúa creciéndose ante las adversidades, atesorando logros y marcando hitos en los anales de su historia, pues con la lagunera Ana María Pelaz como entrenadora, la selección española consiguió recientemente proclamarse campeona de Europa y marcar un antes y un después en la historia de este deporte para nuestro país, alzándose con un triplete de oros que a su preparadora le llena de “orgullo y satisfacción”.
Aún con los nervios a flor de piel y sin creerse que esto sea una realidad, Ana María Pelaz repasa cómo vivieron, tanto ella como las gimnastas, la experiencia en el Campeonato de Europa, pues este acontecimiento ya se ha instalado en sus corazones como uno de los mejores recuerdos. Y es que “a base de mucho trabajo”, como ella bien matiza, las jóvenes gimnastas no solo lideraron el podio en la clasificación general, cosechando un logro que España llevaba sin alcanzar 33 años, sino que gracias a sus creativos ejercicios y su destreza en el tapiz se alzaron con dos más, firmando una tríada dorada que ninguna selección española había conseguido hasta ahora.
Pelaz relata que “aunque preparamos a las gimnastas para conseguir objetivos, este fue del todo inesperado, ya que es algo que no esperas ganar”. “Desde luego todo el trabajo previo que habíamos estado haciendo estaba enfocado a ganar medallas, pero nunca piensas en llevarte tres de tres, y el hacer algo que pocos países han hecho hasta ahora, el hacer historia en tu deporte y para tu país nos motiva e impulsa a seguir trabajando para que los esfuerzos den sus resultados”, matiza.
La lagunera comenta que, durante las últimas campañas, la selección “siempre” ha estado en el podio, tanto en mundiales como en campeonatos de Europa, dando todo de sí para obtener los mejores resultados; algo que ya se estaba viendo a lo largo de esta temporada. Y es ese trabajo, esfuerzo y dedicación lo que las españolas quisieron reflejar en el tapiz, “y lo hicieron no solo el primer día, sino también el segundo, demostrando que ese primer oro no había sido una casualidad, sino que estábamos preparadas para estar ahí y subir a lo más alto”, subraya.
Con un equipo formado por veteranas y jóvenes ̶ “que aunque llevaban un año entrenando aún no habían competido” ̶ de entre 17 y 22 años, la preparadora comenta que durante los meses previos la dinámica ha sido “integrar el equipo y trabajar para mejorar cada día”, y hacer historia es algo que, a su modo de ver, “les ha motivado aún más para darse cuenta de que son capaces de conseguir lo que se propongan, y que da igual la edad si el trabajo se hace bien”.
En cuanto a la complejidad de los ejercicios, Pelaz explica que la selección se caracteriza por “tirar a tener bastante dificultad, algo que a veces puede fallar, pero que también es nuestra baza”. Concretamente, en el Europeo, el primer ejercicio versaba sobre “el resurgir del ave fénix”, haciendo un guiño a su paso por los Juegos Olímpicos con las cintas como elementos principales, mientras que el mixto -que fue el que se presentó en el Mundial de Río de Janeiro el pasado agosto- “quiso llevar los movimientos españoles a las danzas brasileñas con aros y pelotas”.
Y esa complejidad y dedicación se vio reflejada también este verano en la Copa del Mundo, donde las españolas alcanzaron un nuevo triplete de oros, así como las alabanzas a nivel europeo por “esa mejoría que se ha visto en el tapiz” y que volvió a ponerse de relieve en Brasil durante la celebración del Mundial con la obtención de dos nuevas medallas de bronce que llegaron en la clasificación general y en la prueba de cinco cintas, dando una nueva muestra de que el conjunto se encuentra en un continuo avance hacia el éxito.
Después de esta competición llega un nuevo reto para las gimnastas, pues a partir de ahora tendrán que cambiar de aparatos, ya que los próximos certámenes de esta índole serán clasificatorios para los Juegos Olímpicos, “y eso conlleva un cambio en los aparatos, que pasarían a ser 5 pelotas, 3 aros y dos pares de mazas”. “La idea es comenzar a plantear y preparar las coreografías, mejorar la ejecución y aumentar un poco la dificultad, y después a seguir representando a nuestro país dando lo mejor de nosotras”. Así, Ana María revela que su deseo como entrenadora, “más allá de los logros y las medallas”, no es otro que “el trabajo que hagamos cada día se refleje en el tapiz y las gimnastas tengan salud para disfrutar de las competiciones. Esto es un deporte, pero también es su pasión, y tiene que ser un camino bonito y que en el futuro recuerden con gusto y alegría”.