La gran cata inaugural ha abierto la veda de un fin de semana de actividades con una primera degustación de vino, queso y dulces de la tierra maridado con un concierto de jazz
El dios Baco ha presidido este viernes la inauguración en Boecillo de su Fiesta de la Vendimia, contagiando a todos los presentes del festivo y liberador y de ese amor por el vino que tanto lo caracteriza, uniéndose a la particular celebración de la localidad de su historia vinícola y llenando sus copas de tradición para brindar por los grandes elaboradores locales de esta bebida de deidades.
Un año más, el patio del Ayuntamiento ha reunido a alrededor de 70 personas para cortar la cinta roja da un fin de semana muy especial y brindar con ellos por un pasado en el que la prosperidad del vino era una de las marcas insignias del municipio.
De este modo, los presentes han experimentado una explosión de sabores a través de la cata de seis vinos procedentes de las diferentes denominaciones de origen de la provincia, así como de cinco quesos y dulces de la tierra, dando lugar a un maridaje perfecto entre el jugo de la uva y los productos artesanales. Y, a modo de sorpresa, también han podido degustar el vino del boecillano Pepe del Campo, quien ha llevado su ‘Olmos de a Ribera’ para que todos sus vecinos pudieran degustar la última elaboración con denominación de origen en Boecillo.
Los participantes, incluidos el alcalde del municipio, Raúl Gómez, acompañado por la concejala de Cultura, Cristina Gil y parte de la corporación municipal, con los concejales Montse Turrado, Jaime Parra y Juan Luis Baez, han disfrutado de esta experiencia que en cada edición reúne historia, tradición y artesanía. Por su parte, Gil se ha mostrado «muy satisfecha» de la buena respuesta de los vecinos que «han llenado prácticamente la totalidad de las plazas de todas las actividades que hemos programado». «Aunque Boecillo ya no tiene vendimia ni majuelos seguimos reclamando nuestras tradiciones de una manera diferente y apostando por ellas».
Mientras, el primer edil ha matizado que este evento es una forma de «evocar nuestras tradiciones y la cultura del vino y aunque ahora no hay producción los vecinos siguen respondiendo muy bien a este tipo de iniciativas. Hace tan solo unos cincuenta años que aquellos majuelos se sustituyeron por desarrollo urbanístico y a día de hoy nos queda un pequeño majuelo de Cristóbal Berzosa, que es donde llevamos a cabo esa vendimia familiar que es una de las actividades habituales de esta celebración». Por otro lado, en cuanto a las novedades de esta edición, Gómez ha puntualizado que las catas del sábado son el plato fuerte de este año, con una cata de aceites y otra de vino y chocolate «que han tenido muy buena acogida en cuanto a participación».
Asimismo, para acompañar ese baile de sensaciones en la boca, José Luis Gutiérrez ha deleitado a los presentes con un concierto de jazz que no ha dejado a nadie indiferente.