31 de octubre de 2025
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La Vieja Olma, más de veinte años bailando la jota como parte de la historia de Laguna

Retrospectiva

30 de octubre de 2025

Durante sus años de andadura, la agrupación de danzas ha recorrido todos los pueblos de la provincia haciendo su particular homenaje al folclore castellano, y ahora se retiran para dejar paso a una nueva generación de joteras.

Con la tradición por bandera y el amor por el baile como motor de una pasión que se ha prolongado durante más de veinte años, el grupo de danzas ‘La Vieja Olma’ pone fin a una trayectoria en la que las jotas y el folclore castellano han sido el nexo de unión de un amplio grupo de laguneras. En 2005, y después de pasar por diferentes agrupaciones, estas mujeres decidieron crear su propio grupo de baile para vincular en él la amistad, la danza y la historia de Laguna.

Comenzaron su andadura decidiendo el nombre por el que se darían a conocer, y las leyendas de la localidad vinieron a ser su fuente de creatividad, pues, tal y como relatan, se inspiraron en la historia que la madre de una de ellas siempre le había contado, cuando hace muchos años unos ladrones quisieron robar la Virgen de la Ermita, y al sacarla del templo las campanas comenzaron a sonar. Asustados por la posibilidad de ser descubiertos, escondieron la imagen en una vieja olma cercana que estaba hueca, pero, durante una tormenta, un rayo impactó contra el tronco de la olma, revelando la talla de la Virgen del Villar en perfectas condiciones, y haciendo posible que esta fuese devuelta a la Ermita de donde nunca debía de haber salido. Así, con este relato como musa, quisieron hacer un pequeño homenaje a esa olma que protegió a la Virgen y que tanto significó para el municipio, pasando a llamarse desde ese momento ‘La Vieja Olma’.

Durante estos años, el grupo ha oscilado mucho en el número de integrantes, llegando a un máximo de 16 personas en sus mejores años, pero lo que más enorgullece a estas bailarinas es cómo las jotas y el baile han sido para ellas una vía de escape de los problemas y preocupaciones del día a día; un momento de evasión de la vida cotidiana donde se reencontraban con amigas para hacer algo que les apasionaba, apoyándose en el grupo en los momentos más duros.

Recuerdan que entre sus principales actividades lo más enriquecedor para ellas han sido los Encuentros de Diputación, donde se reunían con agrupaciones de más de treinta localidades. “Allí conocíamos gente, hacíamos nuevos amigos y creábamos un vínculo que luego nos ha llevado por toda la provincia visitando los pueblos de los distintos grupos cuando hacían algún evento”, pasando así por pueblos como Nava del Rey, Villaverde, Mojados, Serrada o La Seca y, en ocasiones, también fuera de la provincia. Además, señalan que también han estado por los centros cívicos de Valladolid, y han hecho intercambios y semanas culturales en diferentes municipios. Pero si algo han echado de menos en estos años es “tener más presencia en Laguna”. Y es que, según afirman, “aquí hemos pasado un poco desapercibidas y lo que hemos hecho ha sido a nivel personal como asociación”.

En esta línea, relatan que algunas de sus actividades, al margen de las propias clases de baile, han sido talleres en colegios y para adultos de jotas, de trajes regionales, de canastillas o incluso de percusión y manualidades, todo ello con el fin de darse a conocer y que las nuevas generaciones aprendieran de dónde vienen sus raíces y se animasen a unirse al grupo. Asimismo, a ello se suman las galas con fines benéficos, donde durante tres años llenaron la Casa de las Artes con sus actuaciones para luego donar la recaudación a obras solidarias como la Fundación Inocente, Cáritas de Laguna y los BUF (Bomberos Unidos sin Fronteras).

Acciones que hacían de buen grado y con un repertorio compuesto por las 42 jotas de la sección femenina de los años sesenta, ya que si algo caracterizaba sus coreografías era la tradicionalidad de las mismas, algo que le deben a las tres profesoras con las que han trabajado: Eulalia Pequeño, Teresa Blasco y Charo Muñoz, quienes han sido sus mentoras y las responsables de que sus bailes sean el claro ejemplo de “la herencia folclórica de nuestra tierra”.

Así, afirman muy seguras que ‘La Vieja Olma’ se retira “satisfecha” y con los corazones de sus integrantes llenos de recuerdos y anécdotas. Y expresan su anhelo de que las nuevas generaciones sigan dando buena cuenta del significado del folclore castellano y que “sigan rompiendo zapatos de tanto bailar como lo hemos hecho nosotras durante todos estos años”. “Decimos adiós con pena, porque aunque sabemos que nos vamos a volver a ver y a bailar juntas ya no será como grupo, pero también tranquilas porque dejamos nuestro legado en buenas manos”.