Que el MacBook esté funcionando más lento de lo habitual no es una anomalía. Con el paso del tiempo, la acumulación de archivos, aplicaciones en segundo plano y configuraciones desactualizadas puede afectar el rendimiento. Hay soluciones a través de varias fórmulas para acelerar este tipo de ordenador sin necesidad de ser un experto en tecnología. En esta guía mostramos desde optimizaciones básicas hasta mejoras avanzadas para que este equipo vuelva a funcionar como nuevo, incluso tras el paso de unos cuantos años.
Antes de tomar medidas para acelerar un MacBook hay que encontrar el motivo de la ralentización. Es decir, saber cómo comprobar lo que se está ejecutando. Así podemos hacernos una idea aproximada de dónde está el problema. A partir de ahora, empezamos por una acción tan simple como reiniciar el aparato. Puede parecer una solución obvia, pero quizá es sorprendentemente eficaz. Al hacerlo, se borran la RAM y los archivos temporales, lo que resuelve muchos problemas de lentitud.
Otro hábito que funciona es cerrar las aplicaciones que no son utilizadas. El usuario, deja, en muchas ocasiones, programas abiertos o tiene demasiadas pestañas del navegador activas Estas acciones consumen memoria y la CPU. Usar la herramienta Monitor de actividad ayuda a identificar qué apps están ocupando más recursos para cerrarlas desde allí. Además, borrar la caché del navegador puede mejorar la velocidad al navegar por Internet. Las cookies, la caché y el historial almacenados durante meses pueden ralentizar la carga de las páginas.
Actualizaciones
Otra medida es liberar espacio de almacenamiento. Cuando el disco está casi lleno, el sistema operativo no puede gestionar bien los recursos, y esto ralentiza todo el ordenador. Se recomienda mantener al menos un 15% de espacio libre. Por ello, hay que eliminar archivos grandes y borrar las aplicaciones que no se utilizan.
El usuario tampoco puede olvidar actualizar macOS y todas las aplicaciones. Las actualizaciones suelen incluir mejoras de velocidad, parches de seguridad y optimizaciones que ayudan a que el MacBoook funcione de forma más fluida. Además, mantener el software al día es una de las medidas más efectivas para evitar la lentitud.
Otro paso clave es gestionar los elementos de inicio. Muchos programas se configuran para abrirse automáticamente al encender el ordenador, lo que aumenta el tiempo de arranque y consume recursos en segundo plano. En ese sentido, es recomendable desactivar aquellos que no se utilizan.
Prueba a reinstalar
Si después de estas optimizaciones el Mac sigue funcionando lento, se pueden aplicar técnicas más avanzadas. Una opción efectiva es reinstalar macOS, lo que elimina archivos corruptos y restaura el rendimiento del sistema. En este caso, hay que hacer una copia de seguridad. Otra ovación es restablecer el SMC y la PRAM, procesos que corrigen ciertos errores internos del sistema.
Si el objetivo es conseguir un cambio sustantivo, entonces hay que considerar realizar mejoras físicas en el Mac. Cambiar un HDD por un SSD puede multiplicar la velocidad del sistema, especialmente en modelos antiguos. Del mismo modo, ampliar la RAM permite abrir más aplicaciones simultáneamente sin que el equipo se ralentice.
Siguiendo estas acciones, la aceleración del MacBook es una realidad. Cada usuario tiene sus necesidades y puede aplicar dichas medidas a su medida.










