Ignacio María García, más conocido como Nacho, se jubila tras trece años en el centro educativo lagunero y 34 años dedicado a la docencia, aunque ha solicitado continuar ligado al instituto como profesor honorífico
El Instituto Las Salinas de Laguna de Duero se ha despedido esta semana de uno de sus profesores más queridos. Ignacio María García (Nacho) se ha jubilado, y después de trece años impartiendo Biología en el centro se va dejando una huella imborrable en profesores y alumnos «que lo echarán mucho de menos».
Con 34 años de una destacada trayectoria docente a su espalda, el catedrático de Biología deja tras de sí un legado que ha impactado a generaciones de estudiantes y compañeros. Reconocido por su entrega, desde el instituto señalan que Nacho «siempre ha sido un apasionado de la enseñanza».
Desde que comenzó su carrera en 1990 destacó por su capacidad para inspirar a sus alumnos. A lo largo de estas más de tres décadas, ha formado parte de proyectos de innovación educativa, aplicando nuevas metodologías para hacer que la ciencia fuera accesible y atractiva para los jóvenes. Además, su labor no se limitó al aula, pues desempeñó importantes funciones en equipos directivos, contribuyendo al desarrollo de estrategias que mejoraron la calidad educativa de su institución.
Sus colegas lo describen como «un líder visionario y un mentor incansable, siempre dispuesto a apoyar nuevas ideas y fomentar el trabajo colaborativo». «Nacho ha sido un referente para todos nosotros. Su dedicación y amor por la enseñanza nos ha inspirado a dar lo mejor de nosotros cada día», han comentado alguno de sus compañeros.
Asimismo, destaca por la obtención de varios premios, entre los que sobresalenn el Premio Escuelas Creativas, organizado por la Fundación Telefónica y ElBulli Foundation, y el premio Giner de los Ríos, entre otros, además de ser autor de varias publicaciones.
Aunque se retira de la docencia formal, no deja del todo Las Salinas, ya que seguirá ligado a los proyectos innovadores del centro, pues ha solicitado continuar como profesor honorífico. Nacho se despide del aula, pero su influencia perdurará, y se lleva consigo el cariño de sus estudiantes y la satisfacción de haber contribuido, en alguna medida, a su crecimiento personal y académico.
Fotografía: IES Las Salinas.
