8 de mayo de 2025
Buscar

Los médicos del futuro tienen ADN lagunero

Sociedad

7 de mayo de 2025

Con unas puntuaciones excelentes en sus pruebas del MIR, Raúl Ortega, Sandra García y Carlota Molina ya están listos para elegir la especialidad que marcará el resto de su carrera profesional, algo que afrontan “con ganas” y con la idea clara de que la medicina “necesita más recursos humanos y materiales para mejorar”

Después de seis años de carrera y una preparación intensiva durante ocho meses, los jóvenes laguneros Raúl Ortega, Sandra García y Carlota Molina han visto recompensados todos sus esfuerzos al recibir sus notas de Médico Interno Residente (MIR), donde este trío ha superado todas sus expectativas al conseguir unas puntuaciones excelentes que les dan vía libre para elegir la especialidad que ellos deseen y que marcará su futuro en esta profesión.

Aún sin creérselo, esta tríada explica cómo los caminos los llevaron hasta la medicina, y en el caso de Raúl su elección no estuvo clara hasta el último momento, ya que dudaba entre esta y las matemáticas, mientras que para Sandra era su profesión soñada, puesto que “el estar cerca de la gente, que confíen en ti y poder ayudarlos” es lo que más le atraía de este oficio. Por su parte, Carlota coincide con su compañera, pues ella lo tenía claro desde los once años, ya que para ella “la medicina exige aprendizaje y resolución de problemas, lo que la convierte en un trabajo estimulante y nunca monótono”. Y, por fin, tras meses de estudio, donde las semanas se basaban en un mínimo de 10 horas diarias con la nariz pegada a los manuales y un simulacro de examen los sábados, las lágrimas los abordaron cuando conocieron sus respectivas puntuaciones, que los clasificaban entre los mejores de los 15.000 aspirantes presentados.

Sin embargo, coinciden en que la suerte estaba echada, ya que este año la prueba del MIR ha sido “atípica”. Apuntan que con cada respuesta que ponían las dudas los asaltaban, pues “eran mucho más complicadas que en otras ocasiones”. “Sentía que todo mi esfuerzo no iba a poder verse reflejado”, comenta Sandra, sobre lo que Raúl y Carlota apostillan que incluso sus profesores, médicos especialistas, “no eran capaces de ponerse de acuerdo en cuál era la respuesta correcta”, y esa incertidumbre, sumada a los nervios acumulados por la presión del examen, fueron lo que les hizo deshacerse en lágrimas al saber que todo lo que habían sacrificado en estos meses había merecido la pena e iban a poder elegir la especialidad con la que tanto habían soñado.

En este sentido, abril es la fecha límite para decantarse por una rama de la medicina, y los laguneros aún tienen dudas sobre por cuál de todas sus especialidades favoritas decantarse. Carlota aún no sabe cuál elegir, mientras que Raúl contempla las opciones de Aparato Digestivo y Anestesiología y Reanimación, “sé que son muy diferentes, pero las dos son muy completas y creo que me pueden aportar mucho”. Por su parte, Sandra pone en la balanza Urología y Ginecología, aunque admite que la primera tiene más peso en su decisión, “me conquistó durante las prácticas, ya que tiene quirófano, consulta y hasta se hacen trasplantes renales, y es algo que me apasiona”. Pero hasta entonces los tres pueden visitar los hospitales y conocer más acerca de las diferentes opciones, facilitando así su decisión final.

En cuanto al futuro, los próximos cinco años los tienen asegurados, algo por lo que están “muy tranquilos”, pero revelan que les da “un poco de vértigo” pensar que después de una carrera, una oposición –“porque el MIR no deja de ser una oposición”- y los años de residencia, “me veré con 30 años volviendo al mercado laboral sin un contrato estable, como si todo lo anterior no hubiera servido de nada”. Sin embargo, tienen claro que van a apostar por la sanidad pública, ya que es “la que nos ha formado”, y esperan poder establecer su vida en esta ciudad dentro de unos años, “y si no puede ser en Valladolid, al menos volver a Castilla y León”.

Poniendo el foco en la situación de la sanidad en la actualidad, coinciden en que se necesita “un fuerte impulso a nivel de recursos humanos y de medios”, apostando por la medicina de familia “para que los médicos puedan ejercer con calidad y respeto”. Asimismo, Carlota recalca que “la sanidad está enferma y los síntomas son la huida de los médicos”. Reclama la falta de personal y el “exceso de horas sin retribución que nos hacen hacer, esperando que no nos quejemos por aquello de la vocación” y rompe una lanza por los residentes, a quienes, según apunta, tratan como “mano de obra barata”. En este sentido, concuerdan en que se debería establecer “un estatuto propio para los médicos que regule la profesión y mejore nuestras condiciones”.

Pero mientras todo eso se cumple, su idea es disfrutar de los años de residencia, absorber todos los conocimientos que puedan y “lo que tenga que ser en el futuro ya llegará”.