La lagunera Tamara Hernández cumple cuatro años como directora de informativos en EsRadio Castilla y León. La periodista hace balance de cómo ha sido su trayectoria profesional desde que se licenció en Segovia y reflexiona sobre la evolución de la prensa en la comunidad en las últimas dos décadas
En enero de 2019, con la pandemia del Covid a punto de estallar y sin conocer lo que se avecinaba durante los meses siguientes, Tamara Hernández (Laguna de Duero, 1982) comenzó su andadura como nueva directora de informativos y programas en EsRadio Castilla y León. Tras una larga trayectoria profesional, la periodista lagunera volvió a las ondas para enfrentarse a uno de los “peores momentos dentro de la profesión”.
¿Cuál es tu relación con Laguna de Duero?
Nací en Laguna y me he criado aquí, le tengo mucho cariño. Estudié en el IES Las Salinas y como anécdota recuerdo que mi promoción fue la última en ir a clase en el edificio Juan de Austria. Disfruto mucho de los rincones del pueblo como la acequia o Los Valles para pasear y hacer canicross.
¿Siempre tuviste interés por el periodismo y la radio?
En principio quería ser veterinaria, pero me marea muchísimo la sangre y entonces opté por mi segunda profesión. Desde muy pequeña hacía informativos con mi hermana y yo siempre tenía que ser la “presentadora del telediario”. Luego he hecho de todo, incluso tele, pero es lo que menos he intentado hacer, me gusta más la radio y la prensa.
¿Dónde te formaste?
Al no haber facultad en Valladolid, tuve que irme a Segovia para estudiar periodismo. Hice la carrera en la ya desaparecida SEK durante cuatro años, desde el 2000 al 2004. Después realicé el máster de RNE.
¿Podríamos decir que la radio es el medio en el que más cómoda te encuentras?
Sí, la verdad es que donde más tiempo he estado es en la radio. Además, he pasado por distintas casas. Empecé en la SER, continué en Radio Nacional y en enero de 2019 llegué a EsRadio.
¿Qué es lo mejor y lo peor de la profesión?
Lo mejor que me ha pasado es trabajar en algo que me apasiona. Tengo claro que poder vivir de algo que te gusta es un privilegio, ya que no siempre se puede. Lo peor no tiene tanto que ver con la profesión en sí, sino con lo que sucedió durante la pandemia. El periodismo fue uno de los sectores que no paró por el Covid. Aún recuerdo venir a la emisora con las calles vacías por el confinamiento y tener que informar sobre el número de fallecidos diarios. Sin duda es la experiencia más negativa como periodista.
La crisis del 2008 afectó sobremanera al sector, ¿cómo la viviste?
La verdad es que yo tuve la suerte de poder trabajar durante esa época y cambiar de un medio a otro para seguir creciendo. Sin embargo, sí que recuerdo a muchísimos amigos y compañeros que pasaron por un muy mal trago. Creo que nuestra generación ha pasado por diferentes crisis. Además, ahora estamos viviendo un panorama social y político muy convulso, con mucha incertidumbre y que también parece que será duro.
¿Ha cambiado la forma de hacer periodismo desde que saliste de la facultad?
Totalmente, los medios y también los periodistas. Antes teníamos más tiempo para desarrollar una noticia, ahora eso se ha perdido en pos de un periodismo mucho más rápido. Se está perdiendo ese periodismo tradicional y muchas veces nos dejamos llevar por el día a día y la velocidad de las redes sociales. Aún recuerdo cómo hace un año Mañueco anunciaba que convocaba elecciones a través de Twitter, para mí es una equivocación total. En mi caso echo de menos ese trabajo tradicional de ir a ruedas de prensa, poder preguntar y mantener un contacto directo. Tenemos que contar las cosas como las vemos, no como muchos quieren que las contemos. Eso nos está costando mucho más ahora.
¿Cuál es la rutina de una directora de informativos?
Mi día comienza a las cinco de la mañana y ya me acompañan las portadas de prensa. También me pongo al día en Internet y en las redes sociales, enciendo la radio con Federico Jiménez Losantos y a las seis entro en la emisora. Nuestro trabajo se lleva a cabo sobre todo por la mañana, ya que por la tarde tiene más peso la cadena nacional, aunque nosotros no paremos. El equipo se incorpora a las nueve y nos juntamos para poner sobre la mesa los temas a tratar en la jornada, los eventos a los que asistir, y se perfila un poco por dónde puede ir el día. Al final, la información depende de la actualidad y muchas veces abrimos informativos con noticias de última hora que no esperamos, pero es parte de este trabajo.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que también quieran comenzar en el periodismo?
Les diría que lo hagan con pasión, cuando vienen algunos estudiantes para empezar como becarios dentro de la radio noto que les faltan ganas. No sienten esa necesidad de levantarse de la cama y ser periodista, salir a la calle, tener curiosidad… Muchas veces están más preocupados por cuándo va a terminar su jornada laboral que por ser periodista. También les aconsejaría que nunca dejen de leer. Además de las redes sociales, A mí siempre me ha gustado el olor a papel, el tacto de un periódico por la mañana y mancharse los dedos de tinta. Creo que nunca se debería de perder. Eso sí, me gustaría destacar que aprendemos mucho de los becarios y siempre nos enseñan cosas nuevas en su paso por aquí.
También eres community manager y wedding planner, ¿por qué te formaste en estas competencias?
Fue una oportunidad que llegó un poco por casualidad, para sustituir temporalmente a mi hermana dentro de Tres Jotas, ya que ella es la que está más inmersa en la tradición familiar. Me llamaron cuando estaba trabajando en Cantabria y me dijeron que tenía que volver para ayudarles en este aspecto. A partir de ahí, empecé una formación paralela al periodismo como gestora de redes y maestra de ceremonias. Ahora mismo compagino ambos trabajos y pienso que se complementan muy bien, ya que sigues hablando en público, presentando y comunicando. Es muy importante no dejar de crecer como persona y profesional.
¿Cuál es el futuro de la radio?
Pues me gusta ser positiva. A pesar de que se avecinan tiempos convulsos, pienso que vamos a poder seguir trabajando como antes o mejor. Se podrá disfrutar del periodismo sin que desaparezca la radio, la tele ni los diarios. Seguro que vendrán cosas nuevas y nos tendremos que ir adaptando como lo hemos hecho durante generaciones. Pero lo veo con optimismo.
¿Y el futuro de Tamara Hernández?
Pues no lo sé. Espero seguir creciendo en esta casa y también profesionalmente en mi otra faceta laboral. La verdad es que no me lo planteo demasiado, ya que me gusta vivir el hoy. Muchas veces ves el mañana y es como un pequeño abismo, así que creo que lo mejor es frenar un poquito y quedarse en el día a día.