Entrevistamos a Roberto Castrodeza, presidente de la Asociación Taurina Virgen del Villar y colaborador en la organización de los festejos taurinos
Nos atiende Roberto Castrodeza, presidente de la Asociación Taurina Virgen del Villar, para ofrecernos una perspectiva de la situación por la que pasa la tauromaquia y cómo afectará a las fiestas de San Pedro Regalado. La asociación que preside cuenta con más de cien socios y se encarga de colaborar, junto con el Consistorio, en los encierros y demás eventos taurinos que tienen que ver en la localidad en estas fechas.
“Laguna siempre ha sido una ciudad taurina” y, a pesar de la inestabilidad económica que prima en estos tiempos, las perspectivas de cara a las fiestas son buenas. Roberto espera una positiva acogida, ya que “a nivel de público cada año viene más gente”, por lo que las sensaciones previas a la celebración invitan a pensar en un gran recibimiento por parte del público lagunero y sus visitantes.
Este año la aportación de la Asociación para las fiestas cubre todas las franjas de edades posibles, no solo enfocándose en los adultos que recorren las calles con la adrenalina por las nubes perseguidos de un toro, sino preocupándose también por los más pequeños. Así, han programado actividades para que esa afición por la tauromaquia se vaya trasladando de generación en generación y que los más pequeños puedan vivir de primera mano, a su nivel, las sensaciones de los corredores a los que miran desde las talanqueras.
La aportación de la asociación de la que podrán disfrutar los mayores de 18 será de dos toros para el día 13, que se utilizarán en el encierro y la capea. “Los toros tienen cuatro y cinco años respectivamente. Cuando pasan de tres es cuando se les puede considerar toros”. Serán animales jóvenes, con energía, que aportarán dinamismo a las fiestas y darán un espectáculo a la altura de la expectación.
Para los más pequeños hay programados dos encierros con los clásicos ‘carretones’, encargados de simular el toro. Uno será el día 12 de mayo en el Paseo del Duero, mientras que el segundo tendrá lugar el día 13 en el mismo recorrido del encierro, acortando el tramo.
“Nos ha tocado dar muchas vueltas para conseguir un buen animal”, confiesa Roberto, ya que la situación económica actual ha disparado mucho los precios, lo que ha generado “muchos problemas a la hora de encontrar toros”. Hay que recordar que los toros se alimentan de pasto y forraje, compuesto principalmente de fibra, leguminosas y concentrados formados por trigo, sorgo, cebada, arroz y otros ingredientes. Con esta alimentación y la subida constante del precio de los cereales, además de la inflación general presente en Europa, conseguir un buen ejemplar se ha convertido en una ardua tarea.
Lo mismo sucede con los miembros de la asociación, que a pesar de haber llevado una línea ascendente los años anteriores, esa progresión se puede ver truncada por la economía global. Roberto tilda las perspectivas de “confusas”, y espera que, cuando la economía se recupere, pueda seguir la buena línea que llevaban. Tampoco se olvida de todos sus socios y colaboradores, que “son los culpables de que todo salga adelante gracias a su apoyo económico” en estos tiempos de marejada.