24 de noviembre de 2024
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Sergio García: “Me gustaría estar en un futuro como médico en algún hospital que me permita compaginar mi labor con la docencia”

¿Quién vive aquí?

12 de julio de 2021

Segundo en el ranking Nacional de Excelencia Académica, el joven natural de Laguna de Duero afirma que este reconocimiento ha sido toda una “sorpresa” y un premio a años de estudio y trabajo

Un excelente currículo y unas grandes inquietudes sociales bien le han valido a Sergio García González para ser seleccionado como uno de los mejores graduados del país, en la categoría de Medicina, por la Sociedad Española de Excelencia Académica (SEDEA). Graduado en medicina y natural de Laguna de Duero, ha cultivado, en sus apenas 25 años, la cultura del esfuerzo y el sacrificio por lograr su objetivo: ayudar a los demás.

“Fue impactante, ya que era algo que no me esperaba. Era consciente de que se presentaría mucha gente, y lo hice por probar suerte, ya que hay muchos estudiantes de gran nivel. No esperaba estar en el ranking y mucho menos cuando me dieron la noticia de ser el número dos”, aclara Sergio.

Esta recompensa llega tras un camino “duro y constante” a lo largo de estos años de formación. “Cuando entré en esta carrera no sabía si era realmente lo que quería. Sí que sabía que yo me quería dedicar profesionalmente a ayudar a la gente. De hecho, entre mis opciones estaba medicina o filología hispánica para ser profesor de lengua, ya que es la otra parte con la que, bajo mi punto de vista, ayudas a la sociedad. Una vez que entré en la carrera puedo calificarla como dura, no tanto a nivel de esfuerzo, sino a nivel psicológico. Es una carrera muy competitiva, lo que te lleva a tener bajones que te hacen replantearte si fue la opción correcta o la que me hizo más feliz. Con cosas como estas pues veo una recompensa”, afirma.

Sergio empezó estudiando en el colegio público de La Laguna, para pasar a realizar la ESO y el Bachillerato en el IES Las Salinas. “Cuando me tocó seleccionar universidad tenía muy claro que no quería salir de Valladolid, aunque también pensé en la de Salamanca. Al final acabe en la Facultad de Medicina de la UVa. Siempre me han tirado más las ciencias. A nivel experimental y de interés, la medicina juega un papel importante. Siempre solía preguntarme cómo funcionamos los humanos por dentro y era un campo que me llamaba mucho la atención”.

Aparte de su encomiable recorrido académico, Sergio también suma varios voluntariados y experiencias en el extranjero, algo que ha sido clave para ser seleccionado. “Cuando entras en la carrera al principio se te queda corta, ya que muchas de las asignaturas no guardan mucha relación con la medicina. Mi sentimiento de querer ayudar se quedó un poco a medias, y en ese momento me planteé realizar algún tipo de voluntariado. En segundo de carrera me fui a Dinamarca a la reconstrucción de un pueblo, y ya el siguiente año pude disfrutar de la ruta Inti -antigua Ruta Quetzal– donde se interactúa con otras sociedades y culturas. El último ha sido en Marruecos, y quizás es el que más he disfrutado, donde hemos realizado la reconstrucción de unas escuelas. A nivel académico no esperaba ser el mejor, y a la vista está que hay compañeros con mejores notas que yo. Lo bueno de este ranking, y lo que más me gusta, es que valora aspectos sociales o la capacidad de liderazgo, lo que me ha dado una oportunidad, ya que entiendo que la medicina es algo más que una mera labor académica”, señala.

Dentro de esta formación, este joven médico se queda principalmente con dos momentos: la última etapa del MIR y el ERASMUS. “Este último entiendo que te cambia la vida por completo y yo lo realice en Polonia, en Lodz, durante el cuarto año de carrera”.

Recientemente se ha presentado a las pruebas del MIR y está a la espera de que el Ministerio se manifieste para seleccionar plazas. “Es un futuro incierto, y sí que me gustaría hacer dermatología, aunque todo depende de lo que elijan el resto de médicos. En el MIR fui el 428 de 3.600. No tengo interés a corto plazo de quedarme en Valladolid, aunque en un futuro quiera volver porque las raíces siempre tiran. En principio querría conocer otras ciudades, otros hospitales e incluso, si es posible, trabajar en el extranjero. Sí me gustaría estar en un futuro como médico en algún hospital que me permitiera compaginar mi labor con la docencia, de cara a quitarme esa espinita”, apunta.

Sergio tampoco ha sido ajeno a la pandemia, y como médico califica de “admirable” la labor de sus compañeros durante esta crisis. “Es un trabajo de personas con mucho arrojo, coraje y sobre todo mucha vocación. La parte sanitaria ha puesto todo de su parte. La sociedad se lo ha sabido reconocer, sobre todo en el inicio de la pandemia, pero, como todo, a veces se vuelve en nuestra contra. A nivel político hemos visto cómo confunden la vocación con el sacrificio, y de la vocación no se come”, concluye.