Con 35 años y vocación de comunicador, el nuevo párroco de Ntra. Sra. de la Asunción toma el relevo de Jesús Villacé tratando de dinamizar el mensaje para los más jóvenes.
Desde este verano, Jesús García ha asumido la labor de párroco en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El simanquino compagina su trabajo como docente en un instituto de la capital con sus tareas como sacerdote, además de dar voz a la diócesis de Valladolid en distintos medios de comunicación, con la máxima de dinamizar su mensaje para las generaciones venideras.
¿A grandes rasgos, quién es Jesús García?
Soy un chico normal, acogedor y muy sociable, al que le gusta la música, bailar, la natación y la lectura. En resumen, una persona a la que le encanta estar con la gente.
¿Cómo ha sido su trayectoria dentro de la Iglesia?
Me formé desde los nueve años y hasta los trece en el seminario menor, y después de completar mis estudios entré al seminario con dieciocho. Siempre tuve vocación periodística, pero pudo más mi deseo de entrega de la vida. Con todo, siempre he compaginado mi labor religiosa con la colaboración en la delegación de medios de comunicación de la diócesis. He sido responsable de Radio María y actualmente tengo un espacio en COPE y escribo en la revista diocesana. Debido a esta afición, he hecho un posgrado de Comunicación Social y de Locutor Profesional, y próximamente empezaré un curso de Medios de Comunicación. Además, doy clases de ESO en el Colegio Patrocinio San José.
¿Cómo ha sido la acogida en la parroquia?
Tras ordenarme en 2013 asumí las parroquias de Serrada, La Seca y Rodilana durante siete años, así que el cambio ha sido enorme al venir de comunidades más pequeñas. Se me asignó este municipio al jubilarse Jesús Villacé, ya que querían a alguien que dinamizase la parroquia. Tras un año compartiendo el púlpito con él, asumo esta tarea encantado, la acogida ha sido realmente buena.
¿Considera que hacen falta más personas jóvenes como usted dentro de la comunidad eclesiástica?
Por supuesto. Tenemos una media de edad muy alta entre los sacerdotes. Cada vez hay menos seminaristas y muchos entran con edades avanzadas. Falta compromiso de los jóvenes, y no solo en este ámbito sino en muchos otros de la vida, o sea que esto no solo es una crisis de la Iglesia. Para muchos seguir este camino no es atractivo porque hay prejuicios de por medio. El hecho de predicar siendo joven cambia todo, porque cada uno es hijo de su tiempo y yo no puedo inculcar la fe ahora como hace cincuenta años. El discurso va evolucionando, eso sí, sin traicionar el mensaje.
¿Cómo se puede mejorar la comunicación de la fe?
Intentamos ofrecer alicientes, por ejemplo queremos poner en marcha un grupo que se llama ‘Fe y café’, que servirá para reunirse entre amigos y debatir cuestiones en plan distendido. También queremos que los más pequeños puedan acercarse a Dios a través de la música o de actividades… en definitiva hacer familia y cultivar estos valores. Los canales han cambiado, y por ejemplo ahora tenemos un grupo de whatsapp de la parroquia. ¿Cómo ha afectado la pandemia a su tarea?
Yo fui de los que estuve retransmitiendo las misas a través de Youtube. Hay personas mayores que han tenido que dejar de venir a la iglesia por su bien, como es lógico, pero actualmente ya estamos viendo una afluencia prácticamente normal. Nos hemos esforzado mucho, se han hecho un montón de tandas de primeras comuniones para evitar riesgos, y lo hemos pasado mal cuando teníamos el aforo de 25, lo cual era un poco desproporcionado.
Por otro lado, la pandemia ha golpeado a los más vulnerables, y Cáritas está haciendo una labor importante con ayuda y reparto de alimentos. Además existe un proyecto nuevo para reutilizar ropa para los necesitados. Aunque a veces pueda imperar el individualismo y los intereses propios, esta crisis ha demostrado que uniéndonos y poniendo de nuestra parte, respetándonos y colaborando, podemos conseguir grandes cosas. El mensaje que transmite el Papa Francisco es que debe primar la unión y la solidaridad por encima de todo.
¿Qué retos tiene ante sí la Iglesia a la hora de optimizar su mensaje dentro de los medios de comunicación?
En ocasiones la Iglesia es noticia por cuestiones polémicas que no siempre obedecen a la realidad. Por poner un ejemplo, en contra de lo que se ha llegado a afirmar, la Iglesia no está en contra de la homosexualidad. El que uno ame a otra persona de su mismo sexo no es malo, el amor en sí es algo bueno. La cuestión es que la Iglesia es una organización formada por personas que no son perfectas, y que hacen cosas bien y mal, pero no por lo que opine, por ejemplo, un sacerdote, se debe tergiversar injustamente el mensaje que nos representa a toda la comunidad eclesiástica. Debemos presentar a un Dios que es amor, y que quiere a todos tal y como somos.
¿Qué mensaje te gustaría trasladar a los laguneros?
La parroquia la hacemos todos, tanto el sacerdote como los fieles somos un equipo. Es importante que nos sintamos unidos y plenamente invitados. Hago una llamada a abrir el corazón, debemos estar abiertos a construir familia y comunidad.