La cineasta lagunera compagina sus estudios en la ECAM con distintos proyectos, como ‘Quizás mañana’, un corto rodado en Laguna que aborda la temática de las relaciones actuales entre jóvenes.
Graduada en Comunicación Audiovisual, Lucía Lobato estudia en la Escuela de Cine de Madrid para formarse como directora de fotografía. Este verano ha dirigido ‘Quizás mañana’, un corto rodado en Laguna, mientras que colabora con distintas iniciativas de Moraleja Films, una productora formada por jóvenes con ganas de aportar su visión al mundo del cine.
¿De dónde viene tu vocación por el mundo del cine?
Siempre he sentido interés por el mundo audiovisual. Desde pequeña empecé a hacer vídeos y escribía mucho, me gustaba contar historias e inventarme personajes. Ya en la adolescencia me puse a ver cine sin parar, y conocí a los grandes directores y también el cine indie y otros muchos géneros. En esa época Youtube estaba llenándose de creadores de contenido, y decidí estudiar esta carrera. El cine me apasiona y me lo paso genial trabajando.
¿Cómo valoras que el primer proyecto conjunto de Moraleja Films, ‘Buscando la película (verano 2020)’, haya sido galardonado por la Seminci?
Estamos todos muy ilusionados, pues fue el germen de un grupo de creadores que desde entonces no hemos parado de hacer cosas juntos. La película, que está dirigida por el también lagunero Enrique García-Vázquez, se ha estrenado en la sección Castilla y León en largo, y es una crónica general sobre el verano de la pandemia. Para mí este corto fue un viaje esencial que ha marcado un antes y un después. Apenas habíamos quedado un par de días todos juntos antes de meternos en mi furgoneta y recorrernos España. El resultado fue un viaje que trata de aportar una mirada fresca sobre esa generación que ha crecido entre sucesivas crisis. Me recuerdo en verano de 2020 y veo que desde entonces he aprendido muchísimo. Fue un viaje que me hizo espabilar, una experiencia llena de vivencias que me contagió la pasión por la profesión y nos ayudó a conocernos mejor a nosotros mismos. A partir de entonces no han parado de surgir oportunidades.
¿Cómo surgió el proyecto ‘Quizás mañana’?
La idea nació durante la cuarentena y lo rodamos este verano. Es un corto que habla del ghosting, el desamor y las redes sociales. Sobre cómo afecta a las relaciones la manera de comunicarse de los jóvenes. Lo elegí como tema de investigación para el Trabajo Final de Grado, y en la parte práctica, en vez de hacer algo básico para cumplir con la Universidad, nos lanzamos a hacer algo de calidad que realmente fuera cine. A mis compañeros de Moraleja se unió más gente y de repente éramos trece personas trabajando en un rodaje profesional.
¿Qué pretendes expresar con este trabajo?
Es una historia que ayuda a empatizar con nuestra generación, que expresa la manera en que nos sentimos. Los temas que me han inspirado son la juventud, la comprensión, el amor, el desamor, la autoestima y el crecimiento personal. El rodaje fue muy disfrutable, con muy buen ambiente, y nos ayudaron un montón los Ayuntamientos de Valladolid y de Laguna de Duero. Elegí rodar parcialmente en Laguna porque es mi realidad y me hacía ilusión contar la historia en los lugares donde he crecido.
¿Qué viene a aportar esta nueva generación de cineastas de la que formas parte?
La implicación de la gente que me rodea y que estudia en otras escuelas me hace tener buenas expectativas en nosotros, creo que nuestra generación viene pisando fuerte. Ojalá la evolución del cine en los próximos años llegue con nosotros, que se nos den oportunidades y podamos aportar nuestra energía y nuestras ideas. Necesitamos apoyo, porque es una industria muy cara, con gastos elevados, y nunca se tiene claro cuáles van a ser las ganancias. Lo que sí que nos sobra son las ganas y las ideas. También siento que el cine va a evolucionar en favor de la mujer: hay muchas compañeras trabajando y estudiando, hemos visto unos Goya con muchas galardonadas y quizás poco a poco se equipare el sector llegando a una igualdad real.
¿Crees que la pandemia le dará por fin un respiro al mundo del cine?
Espero que sí, porque la cultura necesita un empujón económico y tiene que retomar su normalidad. Cuando estuvimos encerrados en casa consumimos mucho cine y espero que eso haya hecho que la gente lo valore más. También hay que tener en cuenta que el cine no es nada sin las ayudas por parte de los poderes públicos, y parecen ser pocas.
¿Qué metas y proyectos te planteas en adelante?
Al acabar la carrera me he dado cuenta de que he aprendido mucho pero necesito seguir formándome. Mi intención es seguir estudiando para llegar a ser directora de fotografía y poder acceder al mundo laboral dentro del departamento de cámara. El objetivo es aprender todo lo que pueda para poder vivir del mundo del cine. Aunque actualmente mis estudios me quitan tiempo, quiero seguir conectada a Valladolid para sumarme a todos los proyectos que surjan con mis compañeros de Moraleja. Si aprovecho bien estos años confío plenamente en poder dedicarme a trabajar en este sector.