El lagunero de 17 años Daniel Martín, integrante de la Escuela Taurina de Salamanca, busca hacerse un hueco entre los grandes nombres.
“La fiesta de los toros tiene futuro. Siempre habrá locos maravillosos”, decía Antonio Chenel, Antoñete. El mejor ejemplo es el lagunero Daniel Martín Medina, quien camina con paso firme hacía su sueño de ser torero.
¿Cuándo surgió tu afición por la tauromaquia?
Un día, de pequeño, les regalaron a mis padres unas entradas para un festival taurino. Me llamó la atención el toro, fui poco a poco investigando en este mundo y acudí a entrenar con los profesionales taurinos de Valladolid, los cuales animaron a mis padres a que me apuntasen a la escuela de tauromaquia de Salamanca.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos dentro del mundo del toro?
Empecé entrenando con los profesionales taurinos de Valladolid y en la escuela taurina de Medina de Rioseco. Más adelante decidí dar un salto de calidad a la escuela de tauromaquia de Salamanca.
¿Por qué te decantaste por inscribirte en la Escuela Taurina de Salamanca?
Actualmente la escuela de tauromaquia de Salamanca es la mejor, gracias a la Diputación de Salamanca, la cual apoya con una subvención para que podamos acudir al campo para realizar tentaderos y evolucionar profesionalmente. Ser torero supondría un sueño hecho realidad, pero aún queda mucho camino por recorrer.
¿Cómo es tu día a día?
Todos los días hago ejercicio físico y mucho toreo de salón, que es imprescindible para torear. No es algo fácil compaginar los entrenamientos con los estudios, pero si quieres puedes sacar tiempo para todo.
La tauromaquia es una disciplina que requiere de muchos recursos tanto económicos como personales, ¿No es así?
El mundo del toro es caro, todos los elementos del toreo son bastante caros y gracias a la escuela de tauromaquia de Salamanca nos facilitan trastos de torear, ya que si no, para la mayoría de las familias, sería inasequible el gasto económico.
¿Cuál consideras que ha sido tu mejor faena?
la faena en la plaza de toros de Albacete, que me permitió cortar dos orejas y rabo. Recientemente destacó la faena a mi primer novillo en Cantalejo, que pude disfrutar y cortar las dos orejas a un buen novillo de Hnos. Boyano de Paz.
¿Cómo ha ido esta temporada?
Ninguno nos esperábamos una temporada tan atípica, ya había alguna fecha a finales de marzo y quedaron inviables por la evolución de la pandemia. Me mentalicé de que iba a torear muy poco o nada, pero nunca bajé la intensidad del entrenamiento. Poco a poco fue evolucionando favorablemente la pandemia, lo cual permitió realizar certámenes de novilladas en los que me he dado a conocer como “Destino la Glorieta” y el circuito de novilladas sin picadores de Castilla y León qué organizó la Junta de Castilla y León y la Fundación Toro de Lidia, que nos han dado la oportunidad de torear en este año. Ha sido un palo muy duro económicamente y profesionalmente, pero estoy seguro de que saldremos más fuertes y más unidos que nunca.
¿Crees que deberían haber habilitado algún tipo de ayuda?
Los profesionales taurinos cotizamos como artistas, a los cuales se les administró una ayuda que recibieron todos los artistas menos los profesionales taurinos que nos quedaron apartados. Finalmente el Ministro comunicó que sí se va a dar una ayuda a los profesionales taurinos, pero nos estamos sintiendo menospreciados.
¿Dónde te gustaría poder llegar en la profesión?
Aún soy novillero sin picadores. Me queda mucho camino por recorrer, pero nunca tendré techo. Siempre hay que mejorar matices y crecer profesionalmente.
¿Te gustaría poder torear en el coso lagunero?
¡Por supuesto! Todos los días que paso corriendo la miro y pienso en el día que pueda llegar a torear en mi pueblo, pero sin prisas, que llegue cuando tenga que llegar.