24 de noviembre de 2024
Buscar

Erik Urano: “La huella de esta pandemia se plasmará en la cultura, ha habido un antes y un después”

¿Quién vive aquí?

22 de julio de 2020

La crisis del Covid-19 eclipsó el lanzamiento de ‘Neovalladolor’, el último trabajo del artista lagunero, quien reflexiona sobre el futuro de la música en la nueva normalidad

Días antes de la presentación de su nuevo disco en solitario, ‘Neovalladolor’, la irrupción del coronavirus obligó a Erik Urano a cancelar toda la promoción en los medios. Como si de una profecía se tratara, en cuestión de semanas sus reflexivas canciones se convertían en la banda sonora de un confinamiento que daba al traste con sus actuaciones en directo, una de ellas programada para el BBK de Bilbao. Tras una desescalada que no ha dado respiro al sector cultural, conversamos con el músico y productor lagunero.

¿Cómo asumiste los acontecimientos cuando se decretó el Estado de Alarma?

La presentación del disco estaba prevista para el 20 de marzo…al principio no se veía la envergadura de todo esto, pero cuando empezó a complicarse todo entendí la realidad del peligro. Teníamos varias entrevistas cerradas esa semana y se cayeron todas. En general, era un momento horrible para sacar un disco, pero un momento no tan malo para sacar ‘ESTE’ disco. Ha acompañado a muchos durante el confinamiento y, de primeras, ha tenido muy buena acogida online. Por su atmósfera y su temática se ha visto mitificado por las circunstancias. Lo cierto es que muchas de sus letras estaban en sintonía con lo que estabamos viviendo.

Es la primera vez que vas de la mano de un sello. ¿Qué te ha aportado esta experiencia?

Trabajar con Sonido Muchacho me ha dado libertad y autonomía para centrarme únicamente en lo creativo. Los sellos, además, te dan un buen respaldo a la hora de expandir tu trabajo. Sus ‘tentáculos’ a la hora de apoyarse en contactos llegan más lejos que los míos.

A nivel estilístico te ha permitido además experimentar con la aportación de otros productores…

Este disco sigue una evolución natural y lógica, mi crecimiento ha ido desde el rap, ampliando la paleta de colores. Esto es como un cuadro en el que vas enriqueciendo el estilo. Se trata de ir puliendo cosas que me iban interesando en forma de grime, drum and bass…al contar con el trabajo de otros productores y músicos todo suma y enriquece. Por otro lado la intención ha sido sacar de nuevo la cara B de nuestra ciudad. Las realidades de las que no se hablan. Lo que hago es contracultural y subterráneo, veo una responsabilidad plasmar estas realidades.

¿Qué pasos estáis siguiendo a la hora de promocionar el disco en las circunstancias actuales?

Hemos ido subsanando todo, muchas entrevistas las hemos realizado por teléfono, y ahora retomamos poco a poco el contacto con los medios. Queremos seguir dando continuidad a la promoción, ya que un disco no tiene por qué tener una vida útil de tres meses. Nuestro concepto es distinto y por eso tenemos la intención de relanzarlo.

¿Qué va a pasar con las actuaciones en directo?

Está todo muy complicado. En un principio en la escena se hablaba de que hasta 2021 no habría conciertos, y ahora se empiezan a posibilitar algunas opciones. Los grandes festivales están trasladando el cartel completo al 2021, porque las aglomeraciones tan enormes son inviables hasta que exista una vacuna o solución, aunque la situación sí que está permitiendo directos en nuevos formatos. Pese a todo, los promotores no saben qué va a pasar a medio plazo y hay mucha incertidumbre.

¿Qué futuro se presenta para el sector cultural en esta situación?

En mi caso, al tener otro trabajo tengo cierta independencia económica, pero sí que es cierto que hemos sido unos de los grandes olvidados. Precisamente durante la pandemia se ha consumido muchísima cultura, se han hecho múltiples colaboraciones online. El mundo de la cultura va mucho más allá de los artistas: hay promotores, técnicos, salas… gente que depende única y exclusivamente del directo. Muchos de ellos hacen todo su dinero en verano, y es un sector donde se vive muy al día.

¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención de esta crisis, a nivel social?

Supongo que al inicio todo era muy bonito: buenas noticias, cooperativismo…pero pronto se convirtió en
algo oscuro, con una sociedad polarizada. Es una situación en la que se tendría que templar el ambiente a nivel humano e ideológico, pero el resultado final ha sido muy tóxico, con enfrentamientos. Se ha demostrado que se nos da bien criticar al resto y juzgar. Algunos chicos autistas con los que trabajo han tenido que aguantar a gente diciéndoles cosas cuando salían a dar sus paseos terapéuticos.

El hecho de ser trabajador social en el Centro San Juan de Dios, ¿te ha influido en tu manera de crear?

No es algo que influya demasiado en mi faceta artística, pero ver y vivir estas realidades me enriquece como persona, y mi música no deja de ser un reflejo de lo que soy. Quizás lo que más me ha aportado mi trabajo es la humildad. Se viven realidades muy duras y estas te marcan a nivel personal.

Personalmente… ¿Qué lecciones has sacado de esta situación?

Lo que más he notado es el cambio en el orden de prioridades. Cuando la cosa se pone chunga recoloca todo y te hace ver las cosas que normalmente no valoras, como el contacto con la gente. Y eso que yo soy bastante frío (ríe). En general, cuando pasa algo así te das cuenta de que muchas cosas en realidad no importan nada. Lo que está claro es que veremos la huella de esto en el futuro. Esta experiencia enriquece el guión de la película de alguna manera. Hemos pasado una época que se plasmará en cualquier manifestación creativa, así como en toda la sociedad. Para todos ha sido un antes y un después.

Fotografías: Juan Carlos Quindós.