Los sistemas de climatización que disfrutamos hoy en día son el resultado de un avance tecnológico imparable. Si hace tan solo unas décadas ya parecía asombroso contar con calefacción central, los hogares actuales han llevado el confort a otro nivel. El suelo radiante, los sistemas de radiadores, los aparatos de aire acondicionado inteligentes e incluso los sistemas híbridos que permiten combinar distintas fuentes energéticas.
Por supuesto, entre todas estas soluciones, existen dos que suelen protagonizar el debate cuando hablamos de climatización, debido a que representan el pasado frente al futuro: la caldera tradicional y la aerotermia. En este artículo, con la ayuda de los expertos de tsclima.com, vamos a comparar el funcionamiento de ambos tipos de sistemas y vamos a tratar de explicar, paso a paso, cómo realizar la transición hacia una opción más limpia y eficiente sin complicaciones. ¡Empezamos!
¿Cómo funciona la caldera en climatización?
La caldera es un dispositivo que genera calor a partir de la quema de combustibles como el gas natural, el gasoil o, en algunos casos, biomasa. Este calor se transfiere a un fluido caloportador, que normalmente es agua. A partir de ahí, el agua caliente se distribuye por toda la vivienda a través de radiadores o sistemas de suelo radiante, proporcionando calefacción en invierno. Además, muchas calderas modernas permiten la producción de agua caliente sanitaria (ACS), garantizando el confort térmico durante todo el año.
«Las calderas de gas todavía siguen siendo una opción popular en muchas viviendas, sobre todo por su coste inicial más bajo y por su capacidad para generar calor de forma rápida y eficaz, aunque su uso está decayendo notablemente» —explican los expertos de Tsclima—. Esto se debe a que este tipo de sistemas tienen una limitación importante: están pensados principalmente para invierno, ya que no ofrecen refrigeración. Además, al depender de la quema de combustibles fósiles, presentan un mayor impacto ambiental y, a largo plazo, pueden resultar menos eficientes desde el punto de vista económico.
En este contexto, debemos decir que cada vez son más las personas que buscan información sobre alternativas más sostenibles. A través de este artículo de Beneficios.wiki puedes consultar las muchas ventajas y beneficios que ofrece la instalación de aerotermia en casa frente a los sistemas tradicionales.
¿Qué es la aerotermia?
La aerotermia es una tecnología que utiliza la energía térmica contenida en el aire exterior para climatizar una vivienda. A través de una bomba de calor reversible, el sistema extrae calor del aire (incluso a temperaturas bajo cero) y lo transfiere al interior del hogar. La misma bomba de calor es reversible, con ello puede funcionar en sentido inverso para proporcionar refrigeración en verano.
Uno de los aspectos más destacables de la aerotermia es su eficiencia. «Este tipo de sistemas pueden ahorrar hasta un 75% de energía eléctrica en comparación con otras soluciones puramente eléctricas» —señalan desde Tsclima—. Al no requerir la quema de combustibles fósiles, las emisiones de CO2 se reducen de manera significativa. Además, la aerotermia puede conectarse con sistemas de radiadores, suelo radiante o sistemas de aire acondicionado, lo que la convierte en una solución altamente útil y versátil.
Y hay más: si se combina con energía solar fotovoltaica, el sistema puede llegar a ser totalmente renovable. Esto no solo mejora la eficiencia global del sistema, sino que también incrementa los niveles de ahorro en la factura de la luz mes a mes. Accediendo al portal de los expertos de Tsclima, podrás ampliar información sobre cómo implementar este tipo de tecnología en viviendas situadas en zonas como Valencia, donde el clima es especialmente favorable para este tipo de soluciones.
¿Qué es mejor, la caldera o la aerotermia?
No existe una respuesta única. Todo depende de las necesidades térmicas de la vivienda, de la zona climática y del presupuesto disponible. Sin embargo, si hablamos de eficiencia, sostenibilidad y versatilidad, la aerotermia suele llevarse el oro. Además, la posibilidad de climatizar la vivienda en invierno y verano, así como de producir ACS durante todo el año, la convierte en una opción completa y muy atractiva.
«Nosotros recomendamos la instalación de aerotermia en la mayor parte de los proyectos de nueva construcción o de reforma integral. Las prestaciones, el ahorro a largo plazo y el impacto ambiental reducido son cuestiones que suelen convencer a la mayoría de nuestros clientes» —afirman desde Tsclima—. En cambio, si ya tienes instalada una caldera relativamente moderna puede tener sentido mantener el sistema actual de caldera durante unos años más; y si tu vivienda no admite reformas importantes por diversas razones, también puede ser un sistema bastante útil que puedes aprovechar.
Eso sí, si te estás planteando realizar la transición hacia la aerotermia, es importante saber que existen soluciones adaptadas a casi cualquier tipo de vivienda, tanto para apartamentos y pisos como para áticos y todo tipo de casas: el abanico de posibilidades es muy amplio. Además, existen ayudas y subvenciones pensadas para aligerar la inversión en este tipo de tecnologías limpias y renovables.
En definitiva, podemos decir que la aerotermia representa el futuro de la climatización residencial, mientras que la caldera, aunque eficaz, forma parte de un modelo energético que poco a poco va quedando atrás. Entender cómo funciona cada sistema y qué ventajas ofrece resulta fundamental para tomar una decisión dependiendo de tus necesidades. Porque el confort en el hogar no tiene por qué estar reñido con la eficiencia y el respeto por el medio ambiente.