El director del Centro Tecnológico CARTIF recibirá este viernes otro de los premios Bueyecillo por sus treinta años dedicado a la mejora de la industria y al impulso del Parque Tecnológico de Boecillo.
Dedicado durante treinta años al sector de la automoción en Fasa Renault, José Ramón Perán compaginaba la dirección logística de la empresa con las clases de física que impartía en la Universidad de Valladolid. Sin embargo, la entrada en la Unión Europea y la crisis en el sector le hizo dejar atrás sus días en Renault para dedicarse únicamente a la enseñanza, donde descubrió que había que promover una “docencia de gran calidad cimentada en la investigación”. Por ello, en 1994 fundó el Centro Tecnológico CARTIF, con el que buscaba dar a las empresas “soluciones tecnológicas aplicadas a cada sector y con una base de investigación”.
De este modo, y después de unos primeros años en instalaciones cedidas por la propia Universidad, Perán se trasladó, junto con los veinte jóvenes investigadores que lo acompañaron en esta andadura, al Parque Tecnológico de Boecillo, “un espacio de reciente lanzamiento en el que poder ofrecer nuevos proyectos a empresas de todo tipo y con interés en ser creativas en sus terrenos”. Desde entonces, José Ramón ha trabajado en diferentes proyectos, tanto nacionales como internacionales, con el objetivo de “impulsar la industria y contribuir al desarrollo del Parque tanto a nivel económico como tecnológico”; una labor que desde el municipio han querido reconocer haciéndole entrega del premio de ‘Innovación Tecnológica Trayectoria’ en los IX Premios Bueyecillo, un galardón que según admite “no esperaba” y le ha llegado “al corazón”.
Sobre su trabajo, el premiado sostiene que, desde el principio, con sus veinte investigadores, hasta la actualidad, con los más de 200, “la tarea más complicada ha sido procurar estar al día, ya que la tecnología avanza a pasos agigantados y mantenerse actualizado de todo lo que va apareciendo es complicado”, pero admite que en CARTIF “los profesionales trabajan a diario por dar ese servicio tanto a las diversas empresas afincadas en Boecillo como a las que están en Valladolid, Castilla y León y el resto de España”.
Entre los más de mil proyectos que ha realizado, enumera algunos relacionados con el progreso de los productos del campo, la degradación y absorción de dióxido de carbono en carreteras o el reciclado de baterías de coches eléctricos, pero admite que eso es tan solo un 30% de su presupuesto, al que se suma un 15% de investigación propia y el resto lo invierten en “la continua formación de investigadores y la adquisición de nuevos materiales para estar más preparados”. Eso sí, apunta que en España es necesario “invertir más en investigación y que no todo sea iniciativa privada”.
Asimismo, anima a los jóvenes a “ser realistas” y a estar “pendientes del estado de las tecnologías y de las necesidades de la sociedad y de las empresas que los rodean y para continuar con esta labor de mejora”.