Este 2025 la Iglesia Católica va a celebrar su conocido Jubileo, el año santo que el papa convoca cada 25 años desde el año 1300. Este gran evento marca una etapa muy relevante para la Iglesia y Roma se convierte en un destino para millones de peregrinos de todo el mundo.
Aunque el intervalo entre Jubileos ha ido cambiando, desde hace un tiempo ese acto se celebra cada 25 años, siendo el último en los años 2000.
Si estás interesado en todo el origen y en la historia del Jubileo, ¡no te puedes perder el artículo de hoy!
¿Cuál es el significado del Jubileo?
La definición del Jubileo 2025 para la Iglesia Católica es el año de la reconciliación, la penitencia sacramental, el perdón de los pecados y la conversión. Por este motivo, también se conoce como Año Santo y el papa concede indulgencia plenaria para todos aquellos fieles que viajen a Roma y, por supuesto, lleven a cabo una serie de prácticas religiosas.
Entre estas prácticas están: confesarse, rezar, comulgar, pasar por la Puerta Santa y realizar una obra de misericordia, penitencia o piedad.
Pero, ¿qué es la Puerta Santa? Se trata de la puerta de una basílica que se abre únicamente en el Jubileo y tiene un significado muy concreto. Es el símbolo del paso que todo cristiano debe hacer del pecado a la gracia. Todo esta relacionado con las palabras de Jesús de “yo soy la puerta”.
Entre las Puertas Santas que se pueden atravesar en Roma están las de basílicas de San Pedro en el Vaticano, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. Son las iglesias mayores y el papa abre sus puertas estos años de Jubileo.
¿Cómo es la apertura de la Puerta Santa durante el Jubileo?
En la historia, hasta 1975, las puertas santas, sobre todo la de San Pedro, se tapiaban al final del Jubileo y se reabría al comienzo del siguiente Jubileo. En el acto, el Papa daba tres martillazos en esa pared y el resto era cosa de los albañiles.
Desde el año 2000, Juan Pablo II modificó este rito y el muro se desmonta unos días antes a la apertura de la Puerta Santa y se saca la llave para abrir la puerta. En este caso, el Papa simbólicamente empuja la puerta y se entiende como abierta para todos los fieles.
El Jubileo se da por terminado con el cierre de estas Puertas Santas. ¡De ahí la gran importancia de este símbolo del Jubileo!
Historia del Jubileo
Para terminar, vamos a entrar de lleno en la historia del Jubileo. Como ya hemos nombrado en el texto, el primer Jubileo de la Iglesia Católica data del año 1300, con el papa Bonifacio VIII al frente.
Que se sepa, esta es la primera vez que se concedió la indulgencia plenaria a todos aquellos peregrinos que visitaron 30 veces las basílicas de San Pablo Extramuros y San Pedro (y 15 veces para los no romanos).
Este primer Jubileo es recordado por Dante en la Divina Comedia que describe un enorme paso de peregrinos por la ciudad, atravesando el puente frente al Castillo de Sant Angelo.
El origen de esta celebración viene de la tradición judía, ya que estos decretaban un año de descanso para las tierras con el fin de hacerlas más fértiles. Además, devolvían las tierras confiscadas para suavizar desigualdades y se liberaban a los esclavos.
En esos tiempos, se denominaba “jobel” y, de ahí, nació la palabra Jubileo. “Jobel” era, ni más ni menos el macho de la cabra, cuyo cuerno se tocaba para empezar este año de descanso.
Con respecto al primer Jubileo, en el año 1300, llegó en un momento donde Roma era una ciudad muy ferviente gracias a la multitud de escuelas religiosas instauradas. ¡Era una digna competidora de Venecia y Florencia, que estaban en el top artístico e intelectual!
En aquella época, los peregrinos, como Dante, llegaban desde el norte y entraban en roma por la via Francigena para llegar al Monte Mario a admirar la ciudad de Roma (la ciudad eterna para muchos ellos).
Otros, llegaban por el mar, atravesando el Tíber con embarcaciones más pequeñas y desembarcando cerca de Porta Portese.
Sin duda, la ciudad estaba llena de lugares religiosa para visitar por parte de estos fieles. ¡Te contamos cuáles eran algunos de ellos!
Se trata de S. Gregorio al Celio, en la colina Celio, la Iglesia de Navicella S. Maria in Domnica, la Iglesia de S. Stefano Rotondo, la Casa-Torre de los Conti, la Basílica de Cuatro Santos Coronados, S. Maria in Cosmèdin, en el barrio de la Greca, y S. Alessio, S. Saba y S. Sabina, en la colina del Aventino, así como S. Giorgio al Velabro y Santa Maria in Aracoeli, localizada en la colina Capitolina.
