Se trata de un proyecto piloto que permite a los más pequeños aprender lenguaje musical como se aprende a hablar, «desde bebés y tan fácil como darle al play».
Fomentar la educación musical desde el primer día de vida. Eso es lo que busca la metodología ofrecida por la aplicación Memima Baby a través de algo tan sencillo como darle al play en el móvil. Dicha metodología se aplica, a través de un proyecto piloto, en las Escuelas Municipales Infantiles de Laguna de Duero, ‘Colorines’ y ‘Pinto Pinto’. Así lo explica el creador de este proyecto, Albert Munné, quien asegura que, aunque parece complicado, para un bebé es algo tan intuitivo como aprender a hablar.
“Con la música empezamos con lo que sería el equivalente a ‘mamá’ y ‘papá’, los intervalos, y a partir de ahí vamos avanzando hacia conceptos más complejos pero de una forma muy intuitiva y fácil tanto para los educadores como para las familias, sin que sean necesarios conocimientos musicales previos, tan solo un teléfono o tablet con la aplicación instalada y constancia”, detalla.
El aprendizaje de un idioma comienza desde el primer día pero no se da de forma innata, para ello es necesaria una exposición a esa lengua y una interacción con la misma. Por ello, la metodología Memima Baby consta de dos fases, una exposición a los sonidos a través de diferentes audios diarios y, finalmente, una interacción con un instrumento (preferiblemente un piano) cuando el bebé pueda hacerlo.
“Lo más natural es que aporreen ese piano pero poco a poco, gracias a la experimentación, empezarán a hacerse preguntas y encontrarán respuestas melódicas con sentido y comenzarán a sonar algunas cosas intencionadas, como un sonido grave seguido de un agudo y viceversa, lo que llamamos intervalos”, detalla Munné.
Lo ideal es utilizar este método tanto en casa como en la escuela y aprovechar los momentos que marcan la rutina como el baño, la preparación al sueño o la alimentación para reproducir esos sonidos. “Está demostrado que la mejor forma de aprender música en las fases iniciales es con tempos lentos y asociándolos a momentos de bienestar en los que se estrechan los vínculos afectivos”, explica Munné quien destaca la investigación que están realizando junto a la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid y en la que están colaborando las escuelas infantiles gestionadas por Koala Soluciones Educativas, filial de Clece, así como los padres y madres que confían en ellas para el cuidado y formación de sus pequeños.
Mejor gestión de rutinas
“En Infantil usamos mucho la música para el aprendizaje general y con las audiciones de Memima Baby logramos una mayor discriminación auditiva y una comprensión inicial del lenguaje musical”, señala Marta Santos, educadora en la Escuela Infantil ‘Pinto Pinto’, de Laguna de Duero, donde han notado que los niños y niñas han comenzado a asociar los diferentes sonidos a momentos importantes del día a día y se anticipan a ellos. “Hemos visto ya, a pesar de que llevamos solo unos meses de uso, una clara mejora en el sueño y una mejor respuesta en sus despertares así como en la hora de la alimentación y eso es algo que también están notando las familias que hacen uso de esta herramienta” apunta.
Si bien la aplicación móvil es de pago, Koala Soluciones Educativas la ha puesto a disposición de los progenitores para favorecer la obtención de un mayor número de beneficios para los niños y niñas. “Es algo muy novedoso para los padres y no todos se animaron de primeras pero ahora, gracias al boca a boca, han visto que sí favorece la gestión de las rutinas y cada vez son más los que se incorporan a este estudio”, añade Purificación San José, la directora del centro lagunero.
Fomentar el espíritu de superación
“Sería interesante seguir la metodología hasta los seis años, lo que no solo ofrecerá a los usuarios un punto de partida muy favorable para la formación musical –si es que así se desea- sino que es una estupenda herramienta para fomentar el espíritu de superación y la creatividad en un mundo en el que cada día impera más la frustración”, reflexiona Munné al tiempo que recuerda la rigidez del Conservatorio o la flauta dulce en el colegio que llevan, en ocasiones, a generar desilusión en torno a la música. “Si experimentan desde pequeños y aprenden a probar y a equivocarse seguro que también crecerán en ellos las ganas de buscar soluciones, como se hace de forma natural en otros aspectos”, reflexiona.
Al final, tal y como asevera Albert, “una sociedad capaz de solucionar más problemas de los genera es una sociedad sana y, si en unas décadas, las que son hoy las nuevas generaciones han tenido un impacto positivo en la sociedad a través de la resolución de conflictos en diferentes ámbitos habremos logrado un mundo mejor a través de algo tan sencillo como dar al play”.
