A sus 22 años, el lagunero Marcos Llorente es todo un experto en esta materia, da clase a niños y explica que es una disciplina basada, principalmente, en marcarse retos y poner a prueba las capacidades de cada uno. Recientemente se convirtió en viral a nivel nacional gracias a un salto desde 10 metros de altura ejecutado en Pamplona.
La llamada del parkour llegó a este joven lagunero como muchas otras aficiones, por los vídeos en Internet y por la práctica de este deporte por uno de sus primos. Marcos Llorente tenía 15 años cuando su primo le inició en el que es ahora su mayor motivación. A sus 22 años ya da clases a los más pequeños que buscan la adrenalina en esta disciplina, al mismo tiempo que se prepara en Madrid para ser especialista de cine, una ocupación en la que asegura que el parkour ha influido mucho, ya que le ha dado las aptitudes necesarias para controlar su cuerpo y ser capaz de resolver los retos que esta profesión plantea, convirtiendo su hobby en su futuro.
Marcos explica que esta especialidad se creó para uso militar, con el objetivo de acelerar el paso de un punto a otro, pero con el tiempo se fue transformando y cogiendo los matices que tiene ahora, no solo quedándose en los saltos, sino incorporando los mortales para hacerlo más vistoso y que llame la atención de quien lo presencia. En su caso, comenzó a practicarlo con personas que ya tenían experiencia en la materia, “las escuelas y clubes son muy recientes y antes si querías hacer parkour tenías que juntarte con gente que ya lo hacía, ver vídeos y, sobre todo, ser muy autodidacta”. Para él, además de las personas que lo guiaron en su aprendizaje, sus referentes son algunos atletas como Elis Thorhal, Verky o el grupo gallego Gup.
Mientras practicaba, enseguida se dio cuenta de algo muy importante y que a día de hoy resalta en sus clases, y es que según admite “el parkour es 70% mente y 30% físico. Está claro que tienes que reunir unas condiciones físicas para evitar lesiones y tener agilidad, pero es esencial tener la mente abierta y saber hasta dónde puedes llegar. Todo el mundo puede hacer saltos, pero no todo el mundo está preparado mentalmente para hacerlos”.
Afirma que, a diferencia de otras disciplinas convencionales, sus entrenamientos se organizan en un calentamiento previo y en una parte principal basada en los retos. “Hay que preparar previamente al cuerpo, ya que no deja de ser un deporte de impacto, y después se plantean unas metas y se trabaja para intentar superarlas. Practicamos movimientos que puedan facilitar el llegar hasta el objetivo y siempre partimos del suelo para después ir jugando y añadiendo dificultad, cambiando alturas y distancias”, revela, y añade que “en caso de no conseguir el reto propuesto se sigue trabajando con otros parecidos hasta alcanzar el principal, de tal forma que también se puede ver la evolución”.
Marcos está tan entregado con el parkour que, sin esperarlo, hace unos meses se hizo viral con un vídeo en el que hacía un salto hasta una farola a diez metros de altura y que, a su modo de ver, es el más exigente a nivel mental que ha realizado hasta ahora. “No buscaba ser viral, sino que otras personas que practican este deporte me vieran y, cuando vaya a sus ciudades, poder compartir experiencias y saltos”.
Declara que a nivel físico el salto más exigente fue entre azoteas en París, y revela que ya se encuentra preparando su próximo objetivo, el ‘Imax’, que está en una salida de metro de Londres y que define como “mítico”. Sin embargo, aunque los retos cada vez sean más complicados sostiene que está “muy lejos” de alcanzar su límite de capacidad. Antes de eso, el lagunero asegura que le gustaría participar en campeonatos europeos y mundiales, así como en otros no federativos pero igual de importantes como el organizado por Redbull. De momento, quiere seguir dando clase y preparándose como especialista, y quizá en un futuro abrir su propio gimnasio, y anima a todos los jóvenes a iniciarse en esta disciplina “tan divertida y con una comunidad tan sana y abierta”.
