El presidente de la recién constituida asociación de peñas insiste en la necesidad de “ir todos a una” y hace un llamamiento a la conciencia durante los próximos días.
El pasado mes de septiembre, hasta 84 peñas se reunieron para sembrar el germen de la asociación de peñas de Laguna, una entidad que sirviera para mejorar la representatividad de estos colectivos y mejorar las fiestas a través de propuestas participativas. Un año después, la asociación se acaba de constituir oficialmente, con 36 peñas inscritas, en un año negro en lo que a fiestas populares se refiere. Hablamos con el presidente de la entidad, Carlos Pérez Nieto.
¿Cómo ha sido el proceso hasta llegar a constituir la asociación?
Nos ha llevado un tiempo, pero ya la tenemos constituida, con nuestro número de registro, a falta de algunos trámites en el Ayuntamiento. En todo este proceso han llevado a cabo un papel esencial los compañeros de la asociación gastronómica La Juma de Duero, cuya experiencia en los trámites ha hecho posible todo ello. En definitiva estoy gratamente satisfecho por que haya salido adelante, aunque con un sabor agridulce, puesto que nos habría gustado integrar más peñas que en un inicio mostraron mucho interés.
¿Cómo va a funcionar la asociación a nivel orgánico?
Tenemos previsto reunirnos, cada mes de septiembre, para hacer una valoración de las fiestas y empezar a trabajar así en propuestas concretas. También renovaremos los cargos anualmente. En un principio, al ser este un año atípico, hemos propuesto una cuota mínima de 20 euros por cada peña, y mantenemos abierta la posibilidad de inscribirse a las peñas en todo momento. En este punto me gustaría agradecer, sobre todo, a las peñas que mostraron su interés desde un inicio, e invitarles a participar, pues echamos en falta a ciertas peñas que se quedaron por el camino y que, por su carácter participativo y la pasión que le ponen, sí que pensamos que deberían formar parte de la asociación. Nuestras puertas siguen abiertas para todos ellos.
¿Qué objetivos se marca la asociación a medio plazo?
Esperamos poder sumar, sobre todo fomentando actividades pensadas para el público en general, como los mayores o los niños, que estaban quizás un poquito olvidados al margen de la semana infantil. Hemos planteado recuperar algunas actividades que se han ido perdiendo, como las actuaciones -monólogos, conciertos…- que había en el Cascajo. La idea es recuperar el espíritu de las fiestas de Laguna, fomentando la participación activa.
En este camino queremos ir de la mano del Ayuntamiento. Desde la alcaldía y desde la propia concejalía de Festejos han estado en contacto permanente con nosotros y nos consta que son partidarios de escuchar nuestras propuestas y que las cosas cambien de alguna manera.
En todo caso, nuestra filosofía es ir todos a una, y respetar la votación de la mayoría siempre, en beneficio del municipio. Lo principal es mantenernos unidos y evitar a toda costa que la política entre, bajo ningún concepto, dentro de la asociación; al igual que también es importante que nadie pueda lucrarse de ella.
¿Qué opináis sobre la cancelación de las fiestas en la comunidad?
Obviamente este no es el mejor debut que nos hubiera gustado vivir desde la asociación, pero estamos completamente de acuerdo con la suspensión de las fiestas en la actual situación sanitaria. Es lo que toca en este momento, y si lo hacemos bien, entre todos, el año que viene podremos vivir las fiestas de la Virgen del Villar con el doble de ganas.
¿Qué mensaje os gustaría trasladar a los peñistas de Laguna?
Nosotros integramos a peñas de todas las edades, desde grupos de 18 años hasta los más veteranos. Y esto no es una cuestión de edades. Es una cuestión de responsabilidad. Más que a nosotros no le fastidia a nadie la cancelación de las fiestas, pero la salud es lo prioritario. Algunas peñas estaban proponiendo actividades alternativas, pero eso también puede llevar a malos entendidos. Les pedimos a los peñistas de cualquier condición que si tienen que hacer reuniones que las hagan de manera particular, dentro de su peña, sin reunirse con nadie más en ningún lugar y manteniendo el control en todo momento.