La lagunera, impulsora de ‘Nutrición con Gusto’, nos ofrece unos consejos para estos días festivos, donde «no se trata de hacer dieta, sino de tomar estos alimentos navideños sin atracones y sin remordimientos».
Las épocas navideñas vienen acompañadas de menor actividad física, peor descanso y mayor estrés, más aún en la época COVID que nos ha tocado vivir. Además, los meses de diciembre y enero se caracterizan por el gran número de comidas “festivas”, lo que suele conllevar la consabida abundancia de comidas hipercalóricas (dulces y especialidades típicas, platos tradicionales muy densos y grandes porciones y sobras). Pero no os asustéis. Todo esto no se traduce en la necesidad de sentirse mal por comerse un trozo de turrón, pero tampoco se trata de volverse loco en una mesa llena de manjares. Hay una gran diferencia entre tomar un polvorón en Nochebuena y estar comiendo turrón desde octubre; depende de ti dejarte llevar por la corriente del consumo excesivo o, por el contrario, intentar disfrutar de las Navidades comiendo con conocimiento y coherencia. No se trata de hacer dieta, sino de tomar estos alimentos más “festivos” sin atracones y sin remordimientos.
Por eso, os dejo una serie de consejos para conseguir que estas navidades sean un poco más sanas que las del año anterior y te sientas orgulloso/a de las decisiones que has tomado con respecto a tu alimentación y el resto de tus hábitos. Recuerda que no es necesario renunciar a la diversión ni a los eventos si aprendes a planificar y gestionar las comidas de forma responsable:
1. COME CON NORMALIDAD TODOS LOS DÍAS (salvo festivos). Son cinco días festivos, ¡no un mes y medio! Si la mayor parte del tiempo comes bien, todo irá bien. Prioriza ensaladas, legumbres y pescado con preparaciones sencillas (plancha, vapor, hervidas). Incluye un gran porcentaje de verduras, consume fruta a diario (2-3 raciones como mínimo) y planifica y equilibra lo que comes a lo largo de los días.
2. NO TE SALTES TUS COMIDAS NI HORARIOS HABITUALES. No te saltes comidas antes de un “banquete”. De esta forma llegarás más saciado, con menos ganas de picar y controlarás mejor las porciones.
3. HAZ EJERCICIO: ¡No dejes de moverte! Camina o pasea a diario, sube escaleras, entrena con vídeos o tablas desde casa… Llevar un diario escrito donde anotas lo que comes y cuánto te mueves te ayuda a hacerte más consciente de tus decisiones.
4. DATE TU TIEMPO PARA COMER. Es la mejor herramienta de control de las porciones que se toman y facilita la digestión a la vez que evita molestias y pesadez tras un exceso. Escucha a tu cuerpo y detente de vez en cuando a analizar si aún tienes hambre o estás comiendo simplemente por gula.
5. EL AGUA ES LA BEBIDA DE ELECCIÓN. Lleva siempre encima una botella de agua pequeña o un termo y tenla visible en tu lugar de trabajo para recordar
su consumo. En relación con el alcohol… ¡cuánto menos mejor! Si tomas, mejor cerveza o vino que copas con refrescos azucarados. Tomar agua entre rondas hace que al final bebamos menos cantidad (¡y tengamos menos resaca!).
6. LA RACIÓN ES LA CUESTIÓN. No es necesario privarse de los platos navideños, solo hay que tomarlos con moderación. Y, si vas de invitado, y si algún plato te gusta muchísimo, pide que te dejen una ración para disfrutarla en los días siguientes en lugar de comer en exceso en ese momento. Por otro lado, si te toca ejercer de anfitrión, calcula las raciones según el número de comensales para no preparar una cantidad excesiva de comida. No sirvas los platos demasiado rápido, deja tiempo suficiente entre uno y otro para comer despacio y relajados; así será más fácil parar de comer al saborear y sacar el mayor provecho a cada mordisco.
7. DULCES Y ESPECIALIDADES NAVIDEÑAS. Prueba a hacer tus propios dulces navideños, pero, aún más importante, ¡no los tengas a la vista! Resérvalos solo para los “días señalados” y tómalos en cantidades pequeñas. Hacerlo como postre después de una comida principal en lugar de tomarlos entre horas te ayudará mejor a controlar la porción.
8. REVISA TU PESO Y PERÍMETRO DE CINTURA. Si al llevar un registro de peso/volumen detectas que vas por el mal camino, reflexiona sobre tu planificación de comidas en casa, tu actividad física y las elecciones fuera de casa. El objetivo no es castigarte ni machacarte; no pasa absolutamente nada si aumentas de peso en estas fechas, es algo razonable y que no tiene por qué desviarte de tu objetivo.
9. LO IMPORTANTE NO ES LA COMIDA. Disfruta del ambiente navideño y la compañía. Lo importante en la Navidad no es lo que comemos, sino con quien lo disfrutamos.
Y, para que sea un decálogo, ¿cuál sería tu punto 10? Después de todo, tomar las riendas es lo que más te va a ayudar a evitar los famosos estragos. ¡Buen provecho!
Para más información: www.nutricioncongusto.com