El fotógrafo lagunero ha recibido varios premios y reconocimientos, tanto nacionales como internacionales, y acaba de compartir su experiencia en el programa ‘Lagunatural’.
Dejarse llevar por la curiosidad y las ganas de aprender de forma autodidacta podrían ser algunos de los secretos de Sergio Marijuán, fotógrafo de Laguna de Duero, que centra su trabajo en la fotografía de naturaleza. Tras realizar el grado superior de imagen, comenzó a fotografiar animales y paisajes a través de sus propias emociones. También se adentró en la fotografía de bodas, que le ayudó a nivel económico. Actualmente compagina ambas disciplinas con fotografías comerciales, sobre todo en la creación de contenido para redes sociales.
¿Cómo empezaste a adentrarte en el mundo de la fotografía?
Empecé a interesarme por la fotografía por curiosidad. Recuerdo que cuando era pequeño observaba los animales y las diferentes especies en las enciclopedias. Fue gracias a la fascinación del mundo natural cuando decidí que quería formar parte del entorno natural para inmortalizar momentos. A partir de ahí empecé a salir por los alrededores de Laguna para conocer los rincones y las maravillas naturales que hay alrededor del pueblo. Luego viajé por la península, y al extranjero, como Noruega, Polonia o Alemania. Todo ha sido de manera autodidacta.
¿Cómo definirías, bajo tu perspectiva, los paisajes y la naturaleza de Laguna de Duero?
Me gusta decir que la naturaleza se muestra recelosa, está escondida. Es precisamente esto lo que provoca que cada encuentro con ella se convierta en un tesoro valioso. Al final estamos rodeados de pinares y tierras de cultivo en los que aparentemente que no hay biodiversidad, cuesta más tiempo conocerla y estudiarla, pero cada encuentro se convierte en algo impresionante. Es una naturaleza que cuesta descubrir, pero cuando lo haces tiene mucho encanto.
¿Qué equipo utilizas para realizar tus fotografías?
Sinceramente llevo mucho equipo, aparte de varias cámaras también utilizo diferentes objetivos, como el gran angular para escenas abiertas o el teleobjetivo para captar animales a distancia. Cuando realizo fototrampeo, técnica que permite preparar la cámara con flash y un sensor de movimiento que se activa cuando pasa el animal cerca para conseguir una fotografía más íntima, llevo muchas más cámaras. Alguna vez he llegado a tener colocadas cámaras más de un mes en el campo con la esperanza de conseguir una fotografía.
¿Qué buscas transmitir a través de tus fotografías?
Con la fotografía de naturaleza he tenido dos intencionalidades. En los primeros años primaba las emociones y sensaciones que se resumían en misterio, soledad o fascinación. Sin embargo, en los últimos cuatro años me he centrado más en el fotoperiodismo y la fotografía de conservación. Busco mostrar las amenazas que están presentes en la naturaleza y las acciones para conservar especies en situaciones críticas.
De todos los viajes que has realizado, ¿con cuál te quedas?
El primero de ellos sería Noruega y el viaje a una de sus islas, que se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico, en la que pude fotografiar una corona de aves marinas y auroras boreales. Y el segundo es el primer viaje a la Sierra de Andújar para intentar fotografiar el lince ibérico: fui con mi coche y dormía en los asientos de atrás del coche, pero conseguí fotografiarlo y en ese momento comenzó el proyecto sobre el lince ibérico.
Dentro del proyecto ‘Lagunatural’ has llevado a cabo una Ruta por la acequia y el Bosque Real para practicar la fotografía en la naturaleza, ¿cómo ha sido este proyecto?
Me hace mucha ilusión impartir el taller para transmitir mi pasión por la fotografía a los vecinos. También quiero agradecer al Ayuntamiento que incentive estos proyectos, ya que sirven para realzar el valor de la naturaleza del municipio. Es toda una suerte tener lugares tan maravillosos al lado de casa.
Fotografías: Sergio Marijuán.