Después de años como investigadora en varios países, la química lagunera Bibiana Comesaña se plantea su regreso a España reivindicando el ‘retorno del talento’ y la visibilización de las mujeres científicas, una “minoría alarmante” en su campo.
Tras estudiar Químicas en la UVa, Bibiana Comesaña emprendió una ambiciosa carrera como investigadora en Italia, Australia, Corea del Sur o Reino Unido, centrando sus trabajos en los polímeros, macromoléculas para el desarrollo de nuevos materiales. A día de hoy, se plantea su viaje de retorno a España, desde donde espera seguir dando pasos adelante poniendo el foco en la importancia de la investigación científica.
¿Cómo ha sido tu formación como investigadora?
Después de estudiar Químicas, me fui a Madrid para comenzar un Máster de Alta Especialización en Plásticos y Caucho organizado por el CSIC. Después, ya decidida por el mundo de los materiales, solicité una beca FPI, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad, para realizar una tesis doctoral en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros del CSIC en Madrid. Después de unos años de investigación, me doctoré en Química de Polímeros y Materiales Avanzados por la UVa y más tarde en Energy Engineering por Hanyang University en Seúl.
¿Qué son exáctamente los polímeros?
Puede parecer difícil de entender, pero si hablamos de plásticos o caucho, la cosa cambia. Materiales como el polipropileno, poliestireno, nylon, poliéster, fibra de vidrio o fibra de carbono son polímeros conocidos por casi todos debido a su alta presencia en la vida cotidiana. Explicado de manera simple, un polímero es una macromolécula formada por unidades repetitivas, y dependiendo de esas unidades de repetición, sus propiedades finales varían. Gracias a sus propiedades avanzadas, el mundo de la ciencia y la tecnología está en continuo desarrollo.
¿Cómo encontraste tu lugar en Edimburgo?
Durante mi período doctoral me centré en el estudio de nuevos polímeros para fabricar membranas de separación de gases. Investigué mucho sobre el Profesor Neil McKeown, inventor de los Polímeros de Microporosidad Intrínseca. Decidí que quería trabajar con él, así que me atreví a enviarle mi CV y me ofreció un puesto de trabajo en la Universidad de Edimburgo como investigador asociado, así que en enero de 2016 volé hacía allí con todas mis cosas sin saber muy bien qué me esperaba.
¿Cómo ha sido tu experiencia en esta ciudad?
Ha sido un período muy productivo en el que he aprendido mucho. Nuestro grupo de investigación tiene gran experiencia y nuestras líneas de investigación giran en torno a la síntesis de nuevos PIMs para distintas aplicaciones, como baterías, electroquímica, absorventes…En particular, mi trabajo es llevar la línea de membranas de separación de gases. Estas ofrecen una alternativa energéticamente más favorable y menos contaminante en los procesos clásicos de separación de gases, algo clave para minimizar el cambio climático. Todo ello nos ha dado muy buenos y sorprendentes resultados: han sido casi cinco años mejorando muchísimo mi currículum. En lo personal, Edimburgo me ha dado años muy buenos: está lleno de españoles que me han hecho sentir como en casa, los escoceses acogen bien a los extranjeros y hay muchas oportunidades, salvando el alto precio de la vivienda. A pesar de estar encantada aquí, quiero volver a Laguna para disfrutar al máximo mi vida junto a mi familia y amigos, y creo que después de tantos años con la vida en una maleta, y de muchas experiencias, ahora es el momento.
¿Qué oportunidades te esperan en España?
Con respecto a mi carrera, pocas, aunque llevo meses tanteando diferentes opciones. He encontrado un grupo de investigación en Valladolid dedicado a la Tecnología Medioambiental. Ahora estoy buscando financiación a través de contratos postdoctorales tanto en España como en Europa. Estoy pendiente de dos convocatorias extremadamente competitivas, que me abrirían las puertas para formar mi propio grupo de investigación en un futuro.
¿Qué soluciones necesitamos en España para garantizar el futuro de la investigación?
Somos miles de personas las que nos hemos ido después de recibir muchas becas en España, y sin ánimo de que suene mal, hemos sido una inversión del Estado totalmente desperdiciada, y de la que se están beneficiando otros países. Hoy en día existen muchos programas para el ‘Retorno de talento’, pero en mi opinión deberían ofrecer más continuidad y mejores condiciones salariales si quieren ser efectivos. El panorama de la investigación lo veo negro, y solo cambiará si situamos a España en un nivel superior, aprovechando su potencial industrial, económico y científico. Vivimos en un munto de tecnología y ciencia, resultado de grandes inversiones, y los países que cuidan la investigación compiten con ventaja.
¿Cuáles son tus metas en tus investigaciones?
La idea es desarrollar un proyecto multidisciplinar de la ciencia de los materiales dentro del marco de la tecnología medioambiental. Hoy en día en Europa hay una fuerte demanda de energías renovables y sostenibles que ayuden a mitigar el cambio climático. El biogás es un candidato muy prometedor, y puede sustituir a los combustibles tradicionales si aumentamos su rango de aplicaciones. El uso de membranas se ha convertido en una energía muy atractiva por su bajo consumo energético, así que el objetivo es desarrollar nuevos materiales poliméricos para fabricar membranas de altas prestaciones para la purificación del biogás a un menor coste de operación.
¿Consideras importante la difusión científica?
Sí, es crucial. La gente en general no es consciente de lo importante que es la ciencia en la sociedad. Ahora, desde el Covid-19, parece que nos hemos concienciado por el desarrollo de la vacuna, pero esto pronto se olvida y ese apoyo ciudadano lamentablemente desaparece. Es importante que la gente sepa para qué sirven las cosas, qué avances hay y qué problemas existen en la sociedad. Acercar la ciencia a los ciudadanos hará que seamos más conscientes a la hora de solucionar problemas, pues solo así comprenderemos la necesidad de una mayor inversión económica para que la solución a estos problemas esté en nuestras manos. Personalmente tengo varias ideas en mente a la hora de reforzar la divulgación científica, como charlas en colegios e institutos, el uso de redes sociales, jornadas de puertas abiertas…
¿Qué papel tenéis las mujeres en el ámbito científico?
Hay un término, el de las mujeres STEM, que somos quienes nos dedicamos a la ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas. Somos una minoría alarmante y por ello tenemos hasta un día en que se nos reconoce a nivel internacional. Hoy en día sigue habiendo una brecha de género en este tipo de carreras, y por ello necesitamos motivar a niñas y mujeres para que desarrollen su potencial sin barreras, rompiendo estereotipos y actuando para combatir la desigualdad de oportunidades a la hora de desarrollar una profesión científica, en cuyos puestos más altos la presencia de mujeres es cada vez menor.