Junto a la periodista Raquel Camargo, el novelista vuelve a la carga con un trabajo que focaliza en la cotidianidad y la cercanía, dando mayor peso a los personajes y madurando un estilo que se aleja ahora de las tramas históricas y policíacas.
Después de sus dos primeros trabajos junto con Rodrigo Antonio Reglero -’Nunca llovió que no escampó’ (2014) y ’El caso del asesino del fotograma y la chica del tatuaje en la muñeca’ (2019)- Javier García acaba de dar un paso más en su carrera literaria con la publicación de ’Sarmiento’. En esta ocasión el escritor lagunero se apoya en la periodista Raquel Camargo para coeditar una obra que se aleja del género histórico y policíaco y focalizarse en una historia donde la cotidianidad y la relación entre los personajes ganan todo el peso.
“Siempre me ha gustado escribir sobre lo que me pide el cuerpo, independientemente del género”, confiesa García, quien dio las primeras pinceladas a esta historia con el objetivo de presentarse a un certamen de novela corta. “Poco a poco fui desarrollándola y me dí cuenta de que había superado la extensión, así que ví una oportunidad para darle forma como novela”, apunta. Para documentarse, el lagunero realizó un curso de enología de varios meses para así poder asentar las bases de una trama cuyo hilo conductor es el vino. Este caldo está presente en toda la novela, marcando la vida de su protagonista, Juan Olmo, en una historia que “va al detalle” en cuanto a las conversaciones del día a día. Todo ello fruto de una madurez literaria que le lleva a centrarse más en los personajes, una labor que sin duda ha ayudado a pulir Camargo.
Los viajes y vivencias de García se traducen en los elementos espaciotemporales en esta obra, invitando al lector a compartir experiencias en torno al mundo vitivinícola. En todo el proceso han dejado su huella nuevas influencias para el escritor lagunero, como las de Máxim Huerta o Juan del Val, en pos de un estilo más centrado en el fondo y no tanto en la trama. En este proceso también ha influido un cambio en la manera de trabajar, ya que a día de hoy y con tantos cambios vitales “no es tan sencillo dedicar semanas enteras a una documentación e inmersión tan escrupulosa”.
En esta ocasión, y tras autoeditar sus dos primeras publicaciones, Javier García ha contado con el respaldo de Edeta, una editorial valenciana que ha apostado por la obra. “Entre las ventajas que aporta contar con una editorial que confía en tu trabajo está que no te arriesgas tanto económicamente y que cuentas con un soporte que te ayuda a llegar más lejos en la distribución”, señala García. Pese a que la obra estaba terminada antes de la crisis sanitaria, la irrupción del Covid-19 ha impedido cualquier presentación pública de la misma. Además de en diversos puntos a nivel nacional, la obra estará a la venta en las librerías vallisoletanas Roel y Oletvm, y también se venderá online en la web ‘Quares’.
Mientras aún está en duda la celebración de una presentación de la obra en septiembre, hasta entonces García continúa dando forma a futuros y prometedores proyectos, como su primera novela en solitario, otro trabajo que versará sobre el ciclismo u otro sobre las raíces castellanas de un pueblo, donde sacará a relucir una de sus principales influencias: la de Delibes. “En mi caso me resulta difícil focalizar, pero tengo bastantes ideas”, apunta García, quien no aparta su atención de los certámenes literarios y quien mantiene la intención de acabar la trilogía que empezó con su amigo Rodrigo Antonio Reglero.