Desde la peña Sintexo ven las fiestas de la Virgen del Villar como un recordatorio de aquello que adoraban en la niñez, pero también unas fechas en las que “honrar” a la patrona y cuyo día “podría recuperarse como la gran fiesta que era, animando a los vecinos a subir al Villar”
Vestir los mismos colores y vivir las fiestas todos juntos unificó hace casi veinte años a los integrantes de la peña Sintexo, un grupo de amigos que, como a ellos les gusta decir, están unidos por sus diferencias, pues “a pesar de la diversidad de estilos, gustos y edades, hacer por unos días todos lo mismo nos enriquece”. Y es que para estos laguneros las fiestas son “un momento de encuentro; son familia y también tradición, pero sobre todo son fechas para disfrutar de nuestro pueblo y de la libertad que ofrecen los festejos”.
Con su origen “en los bares míticos del pueblo”, donde se reunían para decidir el nombre, la vestimenta y cómo iban a vivir las patronales, estos peñistas tomaron su nombre de su falta de local, una característica que mantienen desde 2005 para “hacer gala a nuestro nombre”, aunque admiten que les encantaría tener un punto de encuentro “y sería beneficioso que el Ayuntamiento fomentase espacios para las peñas en fiestas, ya que nos hemos criado con la premisa de que son ellas quienes hacen las fiestas y hay que cuidarlas”.
Pero su falta de ‘techo’ no frena las ganas de diversión de estos nueve amigos, ni tampoco de los cuatro niños que se han sumado al grupo, y juntos disfrutan de cada momento “hasta que el cuerpo aguante”, sintiendo los festejos como una forma de recordar “aquellas cosas que hacíamos de pequeños y que nos encantaban, como jugar, reír y bailar sin que nada importara… sintiendo la libertad de estos días visitando las distintas peñas en buena compañía”.
Sin embargo, y aunque sostienen que “gracias a la asociación de peñas y algunos establecimientos privados el programa parece que empieza a ser lo que era”, echan de menos “algunas tradiciones que forjaron nuestros mayores antaño y que podrían retomarse”, como es el caso del día en el que se salía a buscar ramas de chopo para forrar las peñas los días previos a las fiestas; “volver a lo sencillo que unía a la comunidad”. Y otras más sentidas como “honrar” a la patrona en su día con la subida al Villar. “Antes era un día de fiesta con un vermú maravilloso, y estaría bien buscar la forma de llamar a la gente a que participe y suba con sus mesas y sillas, baile la jota y se divierta en una mañana rica en tradición”.
De la misma manera esperan que las peñas “vuelvan a ser protagonistas y se diversifique el programa con actividades paralelas para poder elegir, y que todos sigamos celebrando juntos, que es lo que hace especiales estas fechas”.
