El lagunero ha conseguido terminar la Cape Epic 2025, una de las pruebas más duras del mundo, conocida como el Tour de Francia de la bicicleta de montaña, y que ha supuesto para él la superación de “un gran reto personal y deportivo”, siendo una de las 500 parejas de 800 en finalizarla.
Bajo unas temperaturas por encima de los 40 grados y subido en una montaña rusa de emociones donde el cansancio y la fatiga pueden hacer que las fuerzas decaigan, el ciclista lagunero César Mato ha logrado terminar la Cape Epic 2025, una de las carreras de ciclismo de montaña por parejas más duras del mundo -celebrada en el Cabo Occidental de Sudáfrica entre el 16 y el 23 de marzo- que ha supuesto para él la superación de “un gran reto”, pues, según comenta, esta es una prueba que “te exige hasta el último metro y llegar al final no es nada fácil, y por eso cruzar la meta es tan satisfactorio”.
Mato explica que afrontó esta nueva edición “con la espinita clavada del año pasado”, pues por culpa de un parásito cayó enfermo y no pudo terminar. “Fue una experiencia complicada; encontrarte en un hospital tú solo, tan lejos de casa… me llevaron de urgencias y cuando salí a las dos de la madrugada no me sostenía, no tenía batería en el móvil ni efectivo, y Cape Town de noche no es muy atractivo”, recuerda, haciendo memoria sobre cómo consiguió que un taxi lo llevara hasta un cajero para pagarle y después hasta el campamento que estaba a cincuenta kilómetros. Aunque apostilla que eso también le sirvió como aprendizaje, y era una motivación más para plantarle cara este año a la prueba “con más ganas si cabe” y ser parte de una de las 500 parejas de 800 en terminarla.
En su caso afirma que a nivel preparación no ha variado mucho sus entrenamientos de cara a la competición. “Tengo la suerte de contar con Óscar de Nicolás como entrenador desde mi época de triatleta y lo que hemos hecho es intentar sacar el mayor tiempo posible para acumular horas en la bicicleta, mientras que en cuanto a la alimentación cada vez intento cuidarla más, somos lo que comemos y cuando haces las cosas bien se nota”.
Orgulloso, comenta que esta era su tercera vez en la Cape Epic, la que describe como “la mejor prueba del mundo”. “Son ocho días de puro mountain bike a un alto nivel y se viven momentos de todo tipo, siendo quizá el calor uno de los factores que dificultan en gran medida la carrera”. Sin embargo, sostiene que quienes participan “lo hacemos porque queremos, así que intentas no pensar y seguir adelante. Al final te quedas con los momentos de disfrute, de rodar por sitios únicos y de compartirlo con la gente que quieres y haciendo lo que te gusta, por eso me siento un privilegiado”.
Y es que esta competición es conocida como el Tour de Francia de la bicicleta de montaña, pero con los tintes “especiales” que le dan cosas como “el lugar donde se realiza, ya que Sudáfrica es una de las cunas del singletrack del mountain bike, o el ambiente increíble que hay, con una mezcla de nacionalidades y culturas que hacen la cita aún más atractiva, y los días previos los participantes derrochan ilusión”.
Y es que estos elementos hacen a la Cape Epic una de las pruebas con más demanda y, por consiguiente, elevado coste. Por su parte, el lagunero explica que tanto él como su dupla Óscar Pujol -con quien ya ha vivido “muchas aventuras”- participaron en la categoría Élite UCI, en la que solo se corre si se tienen los puntos para ello. “No es fácil estar allí, las inscripciones se abren a un año vista y las 800 plazas se dan por sorteo, a excepción de nuestra categoría”. Señala que solo la inscripción tiene un coste de 8.000 dólares por pareja, y que este año ellos han contado con el respaldo de marcas del sector como Wilier, Abus, Crown o Tottemi, y otras como la bodega Alma Carraovejas, “que era como llevar nuestra tierra con nosotros”, y Vitoria.
Por ahora, César mantiene que se va a dar un descanso de la Cape, la meca del ciclismo de montaña para él y en la que anima a participar a todos los amantes de este deporte. “Se debería tener una oportunidad en la vida, aunque por tiempo, disponibilidad y economía no sea fácil, eso sí, siempre con mucha preparación física y mental”. Además, por su parte, admite que “el mundo es muy grande y me gustaría seguir sumando vivencias en otras pruebas y lugares”. En este sentido, anuncia que sus próximos destinos son el Gravel Tierra de Campos, Btt Urbión y a finales de verano le gustaría probar suerte en el ‘Badlans’, la competición más importante de ultra distancia de Europa, y que el futuro dirá si vuelve a Sudáfrica.