El ciclista lagunero ha firmado una temporada magnífica que se ha saldado con la victoria en la general tras una épica remontada en la última carrera disputada en Vigo
El Padronés Cortizo se abona a la épica. Lo hizo el pasado año en el Campeonato de España con Carlos Gutiérrez, lo repitió en la Volta a Galicia con Martín Rey y lo volvió a reivindicar hoy en Vigo, donde Dani Cavia, empujado por su equipo, anuló al líder y logró coronarse como Campeón de Copa. En los 26 años de competición, nunca un corredor de un equipo gallego lo había conseguido, de entender, por lo tanto, la alegría y las lágrimas de emoción en la meta de O Castro.
Llegaba la escuadra de Marcos Serrano a la última prueba del campeonato con una difícil misión, recortarle 42 puntos a Haimar Etxeberria (Finisher). La empresa no era fácil, pero tampoco imposible. Ayer, en Padrón, Hugo de la Calle, segundo, se quedó con el sabor agridulce de no poder dedicarle el triunfo a la afición después del esfuerzo realizado. Dani Cavia se había caído en Lestrove antes del tramo definitivo de la carrera, pero el excepcional trabajo de sus compañeros le permitió reengancharse al pelotón, entrando en meta en el décimo puesto, uno por detrás de Etxeberria. Con este resultado la diferencia con el líder de la Copa se ampliaba en cinco puntos y complicaba las cuentas de la última jornada.
El Cortizo partía con ganas de revancha en Vigo. Uno de las posibilidades de lograr el título sería que ganase Cavia y que Haimar no hiciese podio. Sin embargo, Marco Serrano, conocedor del recorrido y del potencial de su bloque, marcó la estrategia perfecta: desgastar al rival desde el primer kilómetro para que lograse los mínimos puntos posibles. De este modo, podían mantener las opciones de ser campeones incluso sin ganar la carrera.
El Padronés no quería sorpresas y marcó un ritmo muy alto desde el primer momento, pero fue en la subida de Monte Aloia donde empezó a mostrar sus cartas. Dani Cavia, escoltado por su compañero Vojtech Kminek, abrió gas para probar a Etxeberria y poco a poco fue ampliando diferencias. Por delante, en el grupo cabecero, marchaban los otros cinco ciclistas del Cortizo que se dejaban caer para conectar a Cavia y llevarlo hasta el frente de carrera. Mientras tanto, el líder no era capaz de seguir el ritmo y poco a poco iba cediendo más espacio. A 10 kilómetros de meta, la fuga llegaba a su fin gracias al trabajo del Equipo Cortizo que seguía tirando. En ese momento, la utopía empezaba a tomar tintes de épica. Si Cavia conseguía ser al menos octavo, sería campeón, ya que Etxeberria rodaba totalmente descolgado sin opciones de puntuar. En la subida de O Castro, los nervios a flor de piel, su familia, el staff, todos empezaban a contar los ciclistas que entraban en meta. Uno, dos, tres…¡seis! Sexto, gritaron, mientras corrían a abrazar a un Dani Cavia exhausto que no podía creerse lo que había vivido. Ahí llegaron las lágrimas de emoción de un joven vallisoletano que apunta al ciclismo profesional, como lo hicieron los anteriores campeones de Copa. “Ha sido increíble, pero esto no hubiese sido posible sin el trabajazo de todos mis compañeros, del staff y de toda la familia que formamos el Cortizo.¡Hemos hecho historia!, reconocía con ojos brillosos, antes de subir al podio en el que se enfundaba el maillot que lo reconoce como el vencedor de la Copa de España.