19 de septiembre de 2024
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«España tiene tanta riqueza que si las condiciones laborales y la industria fueran potentes sería el mejor país donde vivir»

Laguneros por el mundo

18 de septiembre de 2024

Sandra Arguiñano lleva doce años fuera de Laguna, de los cuales seis los ha pasado en Múnich trabajando como ingeniera aeronáutica y cumpliendo el sueño de estar “más cerca del espacio”, y aunque le encanta su vida allí, no descarta que el futuro la traiga de vuelta “a casa”.

Con la vista puesta en las estrellas, la lagunera Sandra Arguiñano Holguín siempre estuvo atraída por los campos desconocidos y todo aquello que supusiera un reto, pero sobre todo por la fascinación que el espacio y sus posibilidades ofrecían. Por ello, y con el sueño de poder llegar algún día a ser astronauta, decidió estudiar Ingeniería Aeronáutica, una profesión que le llevaría un poco más cerca de sus deseos pero lejos de su hogar, concretamente hasta la ciudad alemana de Múnich, donde reside y trabaja desde hace seis años.

Este destino llegó tras finalizar la carrera, con el objetivo de terminar aquí el máster que le habilitaba como ingeniero superior, y aunque la oferta internacional era variada, sus conocimientos de alemán le hicieron tomar este rumbo, algo que no hubiera imaginado, ya que según comenta entre risas, “mis amigos de Erasmus se reían de lo que me quejaba del clima, las horas de luz, la comida… y ahora soy la única que vive por aquí”.

Después de trabajar en varias empresas, hace un año recaló en Airbus Defence and Space, donde está centrada en la ingeniería de la arquitectura de procesos de fabricación, nuevas tecnologías y planificación de las nuevas plantas de fabricación. Y es que según admite, en sector aeronáutico en Alemania “está bastante desarrollado y explotado, y por ello te puedes encontrar con gran cantidad de españoles, italianos o turcos en el sector. Existen muchas empresas, tanto de aviación como de espacio, y el beneficio de ser ingeniero es que puedes especializarte y trabajar en muchos ámbitos, y Alemania te da esa oportunidad”.

Y es que Sandra sostiene que, en comparación con nuestro país, “la oportunidad de proyectos y de condiciones laborales que hay aquí son infinitamente mejores. Es una pena, porque España forma a grandes ingenieros, así como otros profesionales, que luego se ven obligados a irse fuera para poder crecer o incluso empezar en el mundo laboral”. En este sentido afirma que, “aunque sea un tópico, somos un país con tanta riqueza a todos los niveles que, si las condiciones laborales y la industria fuesen más potentes, seriamos el mejor sitio donde vivir”, y por ello no descarta poder regresar en el futuro.

Asimismo, si hay algo que esta lagunera echa de menos después de tantos años fuera es a su familia, a quien aprovecha para visitar en cuanto tiene ocasión, “incluso hay veces que me pego la paliza y me escapo un fin de semana para verlos, porque a día de hoy me sigue costando no tenerlos cerca”, pero también cosas del día a día como la comida, pues según asegura “aquí no aprecian el buen comer”. “No tienen buena materia prima, como el pescado, entre otros, y les encanta hacer ‘brotzeit’, que es ‘el tiempo del pan’, donde básicamente cortan pan y lo untan con queso acompañado de sus embutidos y encurtidos, pero no tienen nada que ver con los nuestros y para ellos es una delicia”. Por ello, en la medida que puede, “y como buena española”, mantiene tradiciones como los horarios de las comidas.

De la misma manera, un choque cultural es “la forma de ser peculiar de los alemanes, ya que no les gusta mezclar lo laboral con lo personal, por ello socializar y ser un buen amigo de un alemán es complicado”. Por otro lado, aunque las pocas horas de luz son algo “muy depresivo”, Sandra pone al mal tiempo buena cara, y está encantada de vivir en Múnich, ya que es la ciudad con más días soleados, además de tener una alta calidad de vida, pero sobre todo le encanta porque se encuentra a una hora de los Alpes, a donde no duda en ir en invierno para esquiar, mientras que en verano viaja a las montañas y a los lagos.

Sin duda asegura que vivir fuera de casa es “una experiencia que todo el mundo debería probar, puesto que te ayuda a crecer como persona y a valorar las cosas buenas de tu país, a tu familia y la importancia de cuidar las relaciones y de disfrutar cada momento cuando vuelves”. Por ello anima a todos los jóvenes a salir fuera y empaparse de las vivencias positivas que pueda aportar cualquier destino, ya que “irte no significa que no vayas a volver, la vida es larga y hay tiempo para todo, nunca es demasiado tarde para cambiar las cosas”.

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