El conocido escultor ha fallecido este martes a los 70 años de edad, después de una larga trayectoria en la que destaca su espíritu colaborativo, dejando un legado de obras que servirán para el recuerdo
El artesano local Lorenzo Duque ha fallecido este martes, a los 70 años de edad, tras padecer una larga enfermedad. Aunque nació en La Mudarra, Duque ha vivido en Laguna de Duero desde hace ya 35 años, un período de tiempo en el que se ha llegado a convertirse en uno de sus vecinos más ilustres, especialmente por su espíritu participativo y sus numerosas colaboraciones en multitud de eventos. «Me siento tan de aquí como cualquiera que haya nacido aquí, es un lugar perfecto donde moverme y donde dar salida a mis producciones», señalaba el escultor a Laguna al Día en una de sus entrevistas.
Después de trabajar en Renault, con algo más de cuarenta años dejó la factoría gracias a una baja incentivada, y dio rienda suelta a su verdadera vocación, «una labor que me llene el alma y no el bolsillo», en sus propias palabras. Así, por fin se especializó en la escultura, una rama artesana que ya cultivaba desde niño, cuando desarmaba a su madre «los canteros de jabón o las velas para hacer figuras en ellas».
Autodidacta en permanente proceso de evolución, este particular artesano se fue guiando, a lo largo de su carrera, gracias a la experiencia, introduciéndose en nuevos materiales y técnicas. Lo hizo desde su taller, denominado Canis Lupus y ubicado en el Polígono de Las Lobas.
Sus obras en piedra pueden apreciarse en distintos lugares como en la Plaza Fernando Alonso (con una escultura al escritor burgalés) o frente al Centro de Salud, en una escultura que rinde homenaje a Eleuterio Arribas. También se puede disfrutar de su arte en piedra, si bien con más elementos, a través de su escultura en homenaje a Nelson Mandela, en la plaza que lleva el mismo nombre, o gracias a una escultura más vanguardista que sirvió de homenaje al Guernica de Picasso y que corona el Parque de la Memoria Histórica. Son solo algunos ejemplos del trabajo de un artesano que también ha llenado el entorno del lago de creaciones en madera, ilustrando un cuento en tres dimensiones que empezó a narrarse con el inicio del proyecto del Lago Encantado.
En 2015 Duque protagonizó el pregón de las Fiestas de Nuestra Señora del Villar, un hito que le sirvió como «una recompensa, el pago de una deuda a una cantidad de cosas que estaban aún sin reconocer». Por entonces, afirmaba que «es una aceptación de este pueblo, como si me acogiera definitivamente». Precisamente en las fiestas estuvo siempre en primera línea, gracias a sus elaboraciones en forma de carroza que tantas alegrías le dieron a sus compañeros de la Peña La Capa a través de numerosos premios.
En su faceta artística también demostró su amor por la actuación en las filas del grupo de ‘Teatro Colokio’, y gracias a esta experiencia, podíamos ver a Lorenzo en cada edición del festival ‘Son de Aquí’ y ‘Artelago’ interpretando distintas coplas de ciego, siempre a la vera de su amigo Julio Arribas, célebre instrumentista. Además, su papel fue de gran importancia también en el desarrollo del Belén Viviente que ofrece una alternativa de ocio cada vez más notoria en el municipio en las Navidades.
Toda su trayectoria fue reconocida el pasado mes de septiembre, a propósito de la celebración de Expo Aire, una muestra de esculturas que precisamente Duque atrajo hacia Laguna de Duero -sus orígenes estaban en Palencia-. Con motivo de sus gestiones, el escultor fue reconocido «por dar alas a este proyecto», recibiendo un homenaje por todos sus proyectos realizados. «No se puede entender el entorno artístico de Laguna de Duero sin hacer mención a este, nuestro artista más ilustre, siempre activo y participativo», se dijo entonces.
Con una filosofía en la que siempre ha destacado que «participar y fomentar actividades es mi forma de ser y de vivir», Lorenzo Duque se despide hoy de sus vecinos y de sus familiares, pero su esencia quedará para siempre en su obra; una proyección artística que puede encontrarse prácticamente en cada esquina del municipio y que servirá para recordarle para siempre.