Este grupo de amigos vive las fiestas como “unas fechas muy especiales de reunión”, y en sus bodas de oro las están celebrarlo con su ya característica limonada de vino solera y pastas de Portillo.
La condición de estudiantes de estos laguneros les hizo tomar el nombre para su peña allá por 1975; una fecha que marcó un antes y un después para ellos, ya que desde entonces se convirtieron en los perpetuos ‘alumnos’ de la localidad, siempre con la diversión y la marcha por bandera durante las fiestas en honor a la Virgen del Villar, cuando dejan los libros a un lado para dar paso a la celebración y el disfrute; algo que ya llevan haciendo durante cincuenta años.
Lo que empezó como una ‘clase’ pequeña de tan solo 11 amigos fue evolucionando con el tiempo, incorporando nuevos estudiantes a sus filas hasta llegar incluso a las 70 personas. Sin embargo, en este momento el número de integrantes se ha reducido bastante, acercándose más a la cifra inicial con 15 alumnos, que después de tantos años mantienen el mismo deseo de diversión que cuando empezaron.
Y es que estos laguneros no pierden las ganas de fiesta ni siquiera en sus bodas de oro, pues este 2024 la peña ‘Los estudiantes’ cumple la friolera de 50 años; medio siglo viviendo los festejos de la mejor manera posible, pues en este tiempo no han dudado ni un momento en participar en todas las actividades posibles, tales como fútbol, sogatira, barra castellana o habilidad con tractor, además de los concursos de carrozas y decoración de la peña, en los que se han llevado el premio en repetidas ocasiones.
Su ‘aula’ o local lleva ubicado en el mismo sitio desde el año 1990, cuando se instalaron en la Avenida Puente Duero para recibir sus particulares lecciones, y es allí donde ponen en práctica aquello que más los caracteriza, como son la limonada casera hecha con vino solera y las pastas de Portillo, así como el concurso de tute a nivel interno.
Para ellos, las fiestas en honor a la Virgen del Villar son días en los que lo más importante es “compartir y reunirse con amigos, visitar otras peñas y atesorar momentos y anécdotas”, y una de sus citas favoritas y a lo que nunca faltan es a la subida a la ermita el día de la patrona, algo que creen que “se está perdiendo un poco”, puesto que “ya no sube tanta gente como antes y es una tradición que hay que continuar para que no se pierda”.