Las buenas condiciones meteorológicas permitieron este domingo una dinámica prueba en la que compitieron 260 corredores, muchos de ellos llegados desde diversos puntos del país
La segunda edición de la Diablo Race reunió este domingo, en el entorno de Los Valles, a 260 corredores llegados desde diversos puntos del país. Competidores de distintos clubes gallegos, asturianos y madrileños disfrutaron, desde primera hora de la mañana, de una prueba de ocho kilómetros y 28 obstáculos que se vio favorecida por las buenas condiciones climatológicas. Los primeros en tomar la salida fueron los competidores de la categoría élite, cuyos ganadores fueron Miguel Pinto y Rocío Sánchez.
Pinto revalidaba el título después de erigirse ganador en la pasada edición, a pesar de participar en la misma «a modo de entrenamiento», puesto que próximamente competirá en el europeo de Polonia. «La prueba ha sido bonita, se agradece haberse bañado en el canal por el calor», apuntaba el corredor leonés, quien reconocía que «los obstáculos más duros han sido los del tramo final». Por su parte, Rocío Sánchez era la primera mujer en cruzar la línea de meta. Llegada desde el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz y tres más de tres años compitiendo, en su caso era la primera vez que participaba en la prueba, la cual encontraba «variada y divertida».
Tras la categoría élite, otras tres tandas de más de 60 corredores completaban el circuito a lo largo de la mañana. El organizador de la prueba, Bernardo Marbán, hacía una valoración positiva de la competición. «Siempre seguimos mejorando y depurando detalles para mejorarla en ediciones próximas, pero todo el mundo ha quedado muy contento», apuntaba, destacando que «esta es una manera estupenda para potenciar el entorno de Los Valles y darlo a conocer».
