Alejandro San José cumple diez años viviendo en Edimburgo, donde trabaja como cuidador de personas mayores, un sector en el que se fomenta la formación pero donde existe gran carencia de personal a consecuencia del Brexit.
Tras graduarse en Educación Social por la UVa, Alejandro San José (Valladolid, 1990) decidió emprender una nueva vida en Edimburgo ante la escasa oferta laboral que había en España. Después de encontrar un puesto en su sector, el lagunero hace balance de su estancia en la capital escocesa después de una década.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en Edimburgo?
Decidí venir aquí porque me lo propuso un amigo de la infancia. No tenía nada que perder y ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. La ciudad es alucinante, aunque muy turística, por lo que se disfruta mejor en temporada baja. Como al llegar no tenía ni idea de inglés, mi primer trabajo fue en hoteles, y a punto estuve de volverme a España, pero un día decidí dar el paso de buscar vacantes en mi sector y conseguí mi trabajo actual.
¿En qué consiste tu trabajo?
Trabajo en Lauder Lodge, un Centro para Personas Mayores, como cuidador en una planta de demencia y enfermería. Nos encargamos del cuidado personal y de las necesidades de estas personas. Es un desafío trabajar con residentes con demencia, pero también es muy gratificante. Hay días más difíciles que otros, pero el hecho de levantarme cada mañana e ir con ganas a trabajar es algo que no ocurre muy a menudo.
¿Cómo son este tipo de Centros en Reino Unido?
Es un poco triste pero el cuidado de personas dependientes es un negocio, y las personas con recursos bajos no pueden acceder a un servicio de cuidados apropiado. Hay servicios públicos pero no se ha invertido bien en ellos y dejan bastante que desear. Quien no puede permitirse una buena residencia debe ser atendido en casa. En cuanto al apego con las personas mayores por parte de sus familias el de Escocia es similar al que tenemos en los países mediterráneos.
¿Cómo valoras tu estancia en Edimburgo?
El hecho de salir de mi tierra y ponerme en una situación en la que solo dependía de mí es algo que me cambió la vida. Además, me permitió conocer a mi pareja. El punto a favor de esta ciudad es que es muy bonita, hay muchos espacios verdes y en cinco minutos puedes estar en un monte o en un bosque perdido pese a vivir en una gran ciudad. Entre las desventajas, hay mucha masificación en temporadas turísticas y alquileres muy altos. En nuestro caso esperamos movernos a un lugar más tranquilo próximamente.
¿Sigue habiendo muchos españoles en la ciudad?
Somos muchos españoles, y en general hay gente de todas partes. Creo que no es el país más adecuado si lo que uno quiere es aprender inglés, ya que en cuanto subes al norte es más difícil de entender. Cuando llevas un tiempo te acostumbras, pero incluso los mismos escoceses reconocen que no hablan el mejor inglés. Tras el Brexit mucha gente se marchó a sus países y ahora mismo, por ejemplo en mi sector, hay una gran carencia de personal.
¿Qué es lo que más echas de menos de España en general y de Laguna en particular?
Puede sonar a tópico, pero la comida. La cocina escocesa es muy rica, la verdad, pero no hay comparación con la mediterránea. También se echa de menos a la familia y a los amigos…lo normal. De Laguna echo de menos todo, me he criado toda mi vida allí, e incluso las cosas que antes no me gustaban tanto ahora las extraño.
¿Qué planes tienes a medio y a largo plazo?
Como llevo diez años aquí, este año voy a pedir la nacionalidad británica. Tenemos planes para seguir viviendo aquí y por lo tanto es lo más lógico. Me gustaría seguir haciendo carrera en mi actual empresa, puesto que el equipo de trabajo es alucinante y te dan muchas oportunidades para seguir formándote. Sí que nos gustaría vivir en un futuro en un lugar más tranquilo, pero de momento no tenemos planes de volver a España. En cualquier caso, no me gusta hacer planes a largo plazo, prefiero disfrutar del momento y no pensar en lo que haré dentro de diez años.