Este proyecto emergente, puesto en marcha por varios jóvenes de la localidad, quiere volver a los orígenes deportivos del municipio, “despertando el vínculo entre equipo y afición” para llegar a crecer y “hacer escuela”.
Fruto de la casualidad y de una idea común entre un grupo de amigos para «devolver a Boecillo la tradición futbolística y el sentimiento de pertenencia al club que había antaño entre vecinos y jugadores», Unión Deportiva Boecillana cuenta con tan solo unos meses de andadura; pero los suficientes para haber creado ya entre los habitantes del municipio un vínculo en torno al fútbol mediante este nuevo equipo que tiene como referente el primer club que compitió en el municipio allá por los años 40, tomando prestados tanto sus colores como su nombre.
Javier Pardo, Víctor Salviejo, Borja Rodiño y Julio García -entrenador y secretario, tesorero, vicepresidente y delegado, y presidente, respectivamente- explican que este proyecto nació con la idea de darle al pueblo «la tradición renovada del fútbol» mediante un club y un equipo «compuesto por gente de Boecillo».
«Conocíamos a muchas personas que siempre habían estado ligadas al fútbol pero que, de alguna manera, ahora mismo no estaban metidos en ningún sitio. Al principio no teníamos mucha idea de cómo crear desde cero un club, pero poco a poco fuimos dando forma a la idea y, aunque teníamos el miedo de a ver de dónde íbamos a sacar jugadores, entrenadores y demás, nos sorprendimos gratamente cuando el primer día nos encontramos con 35 personas que querían unirse a nosotros».
Con trabajo y esfuerzo comentan cómo esta iniciativa ha llegado como un soplo de aire fresco, ya que los precursores de ‘La Boecillana’ han ido de sorpresa en sorpresa cuando «muchas empresas del pueblo que no estaban relacionadas con el deporte han querido tomar partido y convertirse en patrocinadoras». Así, el nuevo club cuenta ya con una treintena de colaboradores y más de un centenar de socios que van a apoyarlos en cada partido.
Y gracias a esa ilusión y a la «gran implicación» de los jugadores de su equipo es que en su primera temporada compitiendo ya se encuentran entre los tres primeros puestos, siguiendo de cerca a sus rivales. Admiten que ‘ascenso’ no está en su vocabulario, pero sí la ilusión de crecer y «hacer escuela» para “ofrecer a los niños y niñas del pueblo, así como a jóvenes que quieran jugar, la posibilidad de unirse a nosotros y crear así equipos desde la base».
Es de destacar que, el pasado 5 de febrero, el club boecillano firmó un acuerdo con el Real Valladolid para estrechar lazos, compartir metodología, conocimientos y formación y fortalecer sus proyectos de cantera.
Señalan que su idea es «entrenar a partir de una metodología nueva que nos diferencie y marque un punto de inflexión entre cómo nos entrenaban a nosotros hace 30 años y la actualidad», e invitan a todo aquel que esté interesado a que los siga en redes sociales o contacte con ellos, ya que «para nosotros la diversidad enriquece, nuestros socios tienen voz y voto y nuestro lema es la tradición y la participación».