La hermandad celebró este lunes el día de su patrona con misa, bailes y devoción por la santa, en una tradición que se mantiene viva desde hace casi 200 años
El 5 de febrero llegó cargado de devoción y festejos a Laguna de Duero. Como se lleva haciendo desde hace casi 200 años, las principales arterias del municipio se llenaron este lunes de ambiente festivo con motivo de la celebración de Santa Águeda. Dulzainas, bombas de mortero, tamboriles y trajes tradicionales volvieron a marcar la salida de la cofradía, fundada en 1835, para rendir homenaje a su patrona.
Asimismo, la celebración contó con una degustación de sopas de ajo tras el tañido de las campanas a las ocho de la mañana. Posteriormente, a las 12.00 horas, se celebró la misa y correspondiente procesión, tras la cual tuvo lugar un pequeño refresco y se llevó a cabo la tradición de pedir en la calle con el acompañamiento musical, para dar paso al baile vespertino. Además, el alcalde de la localidad, Avelino Álvarez, así como miembros de la corporación municipal, recibieron en el ayuntamiento a las cofrades, que no dudaron en bailar una jota para el regidor.
La solidaridad entre mujeres sigue siendo la clave de una festividad que nació en Laguna de Duero para socorrer a sus integrantes en momentos de necesidad o si enviudaban, y finalizan este martes con la misa de difuntas a las 13 horas y el último Cabildo, en el que tiene lugar, como parte de la tradición intergeneracional, el traspaso de las varas entre las integrantes, donde las nuevas mayordomas y mullidoras cogen el relevo de sus predecesoras.