24 de noviembre de 2024
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Marcos Gutiérrez Morquecho, de la pintura industrial a la creación e investigación artística de alto nivel

¿Quién vive aquí?

6 de marzo de 2022

El artista lagunero acaba de ser galardonado con la mención de honor en los Premios Acor, y ha recibido una Beca de Artes Plásticas de la Diputación para el desarrollo de su proyecto creativo ‘La puerta en Valladolid’, con el que tratará de “cambiar la relación del espectador con la ciudad a través del arte”.

Aprendió el oficio de pintor con tan solo 16 años, sin saber que acabaría compaginando su trabajo con la creación y la investigación artística de alto nivel. Con una amplia formación en la materia, Marcos Gutiérrez acaba de recibir dos importantes reconocimientos en el municipio que le vio crecer.

¿Cómo fue el paso de pintor industrial a creativo?

Empecé a trabajar como pintor en pleno boom de la construcción, ya que mis tíos me instruyeron en el oficio. A su vez siempre he sido muy inquieto y aunque no prestaba mucha atención en clase me atraían el dibujo y las artes. Son mundos muy distintos pero tienen cosas en común y los he ido compaginando a través de la pintura.

¿Cuál fue tu formación?

Realicé un grado superior en Ilustración y estudié Bellas Artes en Madrid, una de las Escuelas Clásicas de referencia, donde obtuve becas de excelencia. Después hice un máster en investigación y me he formado como docente. Me encaminé hacia la investigación ya que siempre he sido hiperactivo y bastante curioso. Al estudiar la carrera me di cuenta de la importancia de ahondar en la obra de cada artista, y fui forjando este perfil de investigador. Un pintor, además, siempre tiene que indagar, buscar el trasfondo de todo para poder hilar su obra y llegar al público.

¿Por qué es tan importante esta labor investigativa?

Es la herramienta para conectar la obra con el espectador. En un cuadro tienes que aunar muchos elementos que se deben apreciar con un recorrido visual. Ha habido corrientes en España, como la abstracción, que no se han sabido contextualizar y en consecuencia el público no ha sido capaz de comprenderlo y solo tiene cabida en determinados circuitos artísticos cerrados.

¿Por qué has elegido desarrollar tu carrera en Laguna?

Tras formarme volví a Laguna porque es donde soy persona: están mis lugares y mi familia. Aquí compagino mi trabajo como pintor con el de creador. Mi día a día se basa en una disciplina constante, dedicando mi tiempo libre a pensar y crear. La rutina laboral quita fuerza a nivel físico y mental, pero mi formación y trayectoria me dan la fuerza necesaria para no abandonar. Para ser artista hay que ser proactivo, no puedes esperar a que te den una beca para hacer algo. Además, junto con mi pareja, Dunia, que es ingeniera agrícola, tengo en casa un laboratorio de ideas para compartir proyectos muy enriquecedor.

¿Cómo ha sido tu evolución artística estos años?

Al formarme experimenté con la escultura, pero a fin de ser práctico me decanté por las artes plásticas. Gracias a las becas que he recibido he profundizado muchísimo en esta materia, y actualmente quiero hacer proyectos que permitan interactuar, para lo cual hace falta el respaldo de las instituciones.

¿Cuáles son tus principales influencias como creador?

Durante mi formación asumí el reto personal de investigar a partir de las vanguardias, ya que la etapa posterior apenas se estudia. Me interesó el cubismo, el futurismo y el constructivismo ruso, aunque he trabajado mucho el impresionismo, que es lo que más marca mi obra. La mayoría de mis cuadros tienen estas influencias, he pasado de la abstracción al realismo para que mi público pueda conectar con las obras. Es importante que sean conscientes de cómo las miran, y que existan líneas compositivas que permitan comprender mejor una obra plástica. Si tuviera que quedarme con un referente sería Sorolla, el maestro de los maestros y un referente mundial en el realismo, superando la obra de Velázquez.

¿En qué punto estamos a nivel artístico actualmente?

Estamos en una era más que postmoderna, en una modernidad líquida donde todo se deshace y no hay una corriente de pensamiento que reúna al arte. Ahora existe un mercado con artistas marca -Picasso ya lo era- y los creadores buscan ser un producto único. En mi caso no tengo líneas definidas ni un mercado concreto, pero tampoco quiero. Mi prioridad es el pensamiento que voy construyendo a nivel personal, el cual me tiene que aportar algo. Interactuar con el público ayuda a sacar conclusiones y a crear conocimiento. Hay artistas que ven esto como el fútbol, que si tienes 26 años y no has llegado a nada tiras la toalla, pero para mí no es así.

¿Está la sociedad educada para entender el arte?

Hay bastantes carencias a la hora de estudiarlo sin entender los pasos lógicos. Cualquiera, en realidad, puede crear arte, pues no es más que una transformación. A menudo se idiotiza al espectador en algunos circuitos, pero el arte tiene que ser para la gente. Existe cierto esnobismo endogámico, pero si expones en espacios públicos para la población general de manera institucional tienes una responsabilidad para con el expectador.

¿Y cual es el reto que tienen ante sí los museos para evitar perder visitantes?

En general se esmeran por interactuar, pero tienen el problema de que la gente no responde. Los museos no son importantes en la época Tik Tok que estamos viviendo, el paradigma ha cambiado con todas las posibilidades tecnológicas actuales. La pintura es nostálgica y llega hasta donde llega, no se le puede imponer al público. Lo positivo es que las Redes Sociales permiten la promoción a los artistas, siendo la inmediatez un instrumento del conocimiento. Este se ha democratizado, llegando a más estratos de forma gratuita, y todo ello ha ayudado a conectar a distintos colectivos de creadores.

Recientemente se fallaban las Becas de Artes Plásticas y Arte Dramático de la Diputación de Valladolid. En tu caso, has sido becado con 5.000 euros para el desarrollo del proyecto ‘La puerta en Valladolid’…

Efectivamente, llevo cuatro años detrás de este proyecto. He recorrido muchas veces las calles de Valladolid buscando detalles. Sus puertas me han llamado la atención, son una parte del amplio patrimonio que tenemos en nuestra provincia. Además, son un símbolo de una ciudad, la frontera entre lo público y lo privado. Este proyecto se expondrá a través de una muestra donde se podrá observar una selección de cuadros de cinco puertas de Valladolid indicando sus calles. El objetivo es que el espectador haga una revisión con otros ojos y busque las puertas a posteriori, transformando su realidad. Actualmente estoy en proceso de selección de las puertas, que serán muy variadas y de distintos barrios. La Beca abarca un trabajo por fases de diez meses de duración.

¿Qué ha supuesto para ti recibir la mención de honor de los premios Acor gracias a tu obra ‘Nostalgia’?

Era la tercera vez que me presentaba y ha sido una sorpresa, es importante que se ponga en valor mi obra en mi comunidad. La obra era un homenaje a la película de Tarkovsky y está enfocada al desarrollo rural, a la relación con el entorno natural y la ecología y a la despoblación. También otro guiño a ese patrimonio que se está perdiendo y que hay que visibilizar. Me gusta el criterio del certamen y estoy muy agradecido por la mención. Para quien quiera visitarla, la obra estará expuesta hasta el 13 de marzo en el Centro de Exposiciones de Las Francesas.

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