La información o la comunicación siempre han sido algo consustancial al ser humano, y en cada época ha sido diferente, pero en este siglo XXI, con la irrupción de la inteligencia artificial, se han variado todas las formas. Esto no es nada negativo, pero con la globalización y el artificio de los poderosos, fundamentalmente los del dinero, han dado con la fórmula de controlar todos los medios y las mentes de los humanos.
Como consecuencia de lo anterior, la humanidad está en manos de personas o grupos poderosos y ahora mismo tenemos que varias generaciones son adictos a las redes sociales (creyéndose todo lo que estas dicen) y el resto dependientes de lo que nos quieran contar los diferentes medios en radio, televisión o prensa escrita.
Con esta situación existente, vemos cómo cada día aparecen, en los diferentes medios de comunicación, varias noticias, que cada uno las cuenta a su manera. Es curioso que haya periodismo (se entiende que periodismo de gran tirada) que beneficia o perjudica a un lado o a otro del poder, pero al final, lo que suele suceder, es que son los que dividen a los ciudadanos en sus debates o conversaciones diarias, al crear opinión con sus complejas noticias.
Una de las noticias que publicaba, en titulares, un determinado Medio, el 20/4/24 era: BRUSELAS TUMBA LA REFORMA DE LAS PENSIONES Y EXIGE A ESPAÑA UN AJUSTE DE 11.700 MILLONES DE EUROS; y remataba con: BRUSELAS CALCULA QUE ESPAÑA DEBE AJUSTAR 11.300 MILLONES AL AÑO, con lo cual, según este titular, supondría que ya se iban a variar las pensiones, cuestión esta que perjudicaría al gobierno de turno y sobre todo a los pensionistas.
El titular de otro medio decía, sobre la misma noticia: ESPAÑA TENDRA QUE AJUSTAR CASI 12.000 MILLONES DE EUROS EN PENSIONES, SEGÚN LOS DATOS DE LA COMISION EUROPEA; y remataba diciendo: ESPAÑA TENDRÍA QUE AJUSTAR UN 0,8 % DEL PIB ANUAL, EN LOS AÑOS DE 2026 a 2030; esta noticia beneficiaría al gobierno de turno y tranquilizaría a los pensionistas, viendo que por ahora no se apreciaban cambios en pensiones.
Posiblemente en las dos noticias quieran decir lo mismo, pero la intención parece clara, y lo más grave es que consciente o inconscientemente, al que perjudican siempre, es al lector, o mejor dicho al ciudadano, que no en balde es el que, de una u otra forma, les da de comer. Quizás algún día los profesionales del periodismo tendrán que reivindicar su libertad informativa, aunque con lo que significa el dinero para poder vivir, difícilmente lo vamos a ver.
Quizás no se quiera dar una explicación de que toda actividad económica se basa en generar recursos para poder atender sus gastos, y la diferencia entre gastos e ingresos suelen ser los beneficios. En el caso que nos ocupa, los medios generan sus ingresos por la venta de sus productos y de los ingresos por publicidad, aunque esta, en una cantidad muy importante, provenga de la publicidad institucional, propiciada por las diferentes administraciones públicas, y esto es lo que luego incide en la actuación del medio.
Posiblemente una de las informaciones que más nos llegan actualmente sean las procedentes del quehacer del poder judicial, que, dicho sea de paso, están creando una sensación de inseguridad jurídica tremenda a los ciudadanos, porque no parece muy normal que un determinado juez admita a trámite una denuncia, presentando el demandante como base de su denuncia una serie de recortes de periódico y que además el demandante declare públicamente que posiblemente los datos que aporta pueden no ser verdad.
Esta opinión uno se la puede creer por el hecho de haberse publicado en algún medio determinado, y como siempre suele suceder, aquí no rectifica nadie y el ciudadano que lee lo interpreta en función de quien le caiga mejor o peor a su forma de pensar.
Otra reflexión que se podría indicar es el juego que dan a los diferentes medios, sobre todo a los tertulianos y a las empresas de encuestas, en cualquier tipo de elecciones, porque no es habitual que se intente crear algún criterio al ciudadano, de acuerdo con el estado actual de la sociedad, sino crear enfrentamientos en la sociedad, semejantes a los que se crean en el mundo del fútbol.
En el mundo del derecho, el profesional, como suele estar contratado, debe ser fiel a su cliente, por lo que sus interpretaciones siempre serán favorables a su cliente, independientemente de lo que diga la Ley, aunque la sentencia siempre la dicte un juez.
Posiblemente si el colectivo periodístico, además de su dependencia económica, como le sucede a todo el mundo, fuera capaz de pensar que sus auténticos pagadores son sus clientes o sus lectores y que estos prefieren que solo les describan los hechos o la noticia, no sus argumentos, ni los de sus jefes, avanzaríamos en la información veraz.
Es muy curioso ver cómo actualmente se ha puesto de moda publicar las iniciativas que, tanto en los parlamentos como en los plenos municipales, presentan los diferentes grupos políticos. Teniendo en cuenta que solo se debaten las iniciativas que considera la mayoría, su publicación antes de que se acuerde en pleno o sea emitido por el BOE (Boletín Oficial del Estado) crea una tremenda duda popular y cada uno, en función de su adscripción, lo defiende como si ya se hubiera aprobado.
Quizás las democracias continúen siendo las menos malas para el gobierno de un país, pero estas deberían ser actualizadas constantemente a las necesidades y formas de vivir de la ciudadanía, porque no parece muy normal ver el comportamiento de los parlamentarios en el Congreso y Senado o en los plenos municipales, que cuando se presenta una iniciativa, casi nadie habla de ella, sino que se limitan a discutir entre ellos, como si fuera la barra de un bar.