Las pioneras en el asociacionismo femenino de Laguna protagonizaron este jueves un acto en el que recordaron su trayectoria desde 1983, el cuál contó asimismo con el visionado del documental ‘Mujeres invisibles’, de Alberto Arija
La Asociación Cultural y de Mujeres María Pacheco rindió homenaje este jueves, con motivo de su 40 aniversario, a sus pioneras y fundadoras. Lo hizo en un acto celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, en el cuál se hizo un repaso a la trayectoria de esta entidad fundada en 1983. Tras la presentación por parte del concejal de Acción Social, Fernando Vara, Ángela Álvarez condujo un encuentro enmarcado en los actos del 8M en el que tomaron parte algunas de las integrantes más veteranas de la asociación, como Hortensia Toral, Lucía Santos, Juvenal Garrido o Rosario Sanz.
Todas ellas recordaron la labor de Pilar Ferrero, alcaldesa de Laguna de Duero en el año 1983, quien ayudó a impulsar esta entidad, así como a las socias que ya no se encuentran entre nosotros tras estas cuatro décadas. En el encuentro se recordó esos primeros momentos «tan difíciles y duros, en el que hubo que hacer muchos esfuerzos» por dar comienzo a su actividad.
Así, Juvenal Garrido recordó estos primeros pasos, definiendo el germen de la asociación como «un grupo de mujeres con inquietudes, que queríamos ayudarnos entre nosotras en un momento en que no existían ayudas sociales como ahora». En este sentido, afirmó que el grupo se fundó «para apoyar a las mujeres que sufrían malos tratos, indicándoles cómo pedir ayuda, pues en ese momento ni siquiera sus padres les echaban una mano». «Nos reuníamos en distintas cafeterías y trabajamos muchísimo, realizando muchas visitas a la recién creada Diputación de Valladolid y llegando a contratar a un abogado. Nunca dejamos de insistir y seguir adelante en nuestra tarea», apuntó Garrido, quien explicó que adoptaron por entonces el nombre de María Pacheco, la viuda de Juan Padilla que tomó el relevo de la lucha comunera entre 1521 y 1522, como ejemplo de valentía.
Por su parte, Rosario Sanz añadió el interés cultural que existía por entonces por parte de las laguneras. «Hay que recordar que en esa época en la sociedad rural no estaba bien visto que las mujeres salieran del espacio de la casa», señaló Sanz, quien explicó que se organizaban todo tipo de charlas para ilustrar a las laguneras en materias sociales como el tema del aborto, un asunto complicado en la época, y se impulsaron actividades como certámenes literarios para ampliar el umbral cultural de todos los vecinos. Asimismo, se apoyó a las laguneras en el acceso a la Universidad.
Talleres, excursiones o cine fueron otras de las actividades que impulsaron las integrantes de María Pacheco para garantizar una oferta de ocio en la localidad para los más jóvenes. «Esta asociación ha sido como la Universidad que nunca tuvimos, ha servido para enriquecer a muchísimas mujeres de Laguna», señalaron. Además de la coral que sigue activa en el seno de esta asociación, también se impulsaron encuentros culturales con las jotas o los trajes regionales como telón de fondo, llevando a cabo convivencias con otras mujeres de los pueblos del entorno en el antiguo Restaurante ‘El Pato de Oro’ para fomentar esa sororidad.
Sus integrantes agradecieron también al Ayuntamiento su disposición a la hora de ayudar a dar continuidad a su tarea a lo largo de los años. En definitiva, el encuentro sirvió para poner de manifiesto la labor de unas mujeres que «han abierto camino para muchas otras generaciones que han venido detrás», y concluyó con la entrega de ese reconocimiento a las pioneras.
La cita concluyó con el visionado del documental ‘Mujeres invisibles’, de Alberto Arija, quien estuvo presente en el encuentro y señaló que «las mujeres del mundo rural sois quienes habéis tirado de unas riendas complicadas en un momento difícil». En el acto estuvieron presentes el alcalde, Román Rodríguez, así como los concejales Avelino Álvarez, Yolanda Lanza y Francisco Barbillo. También estuvo presente la actual presidenta de la asociación María Pacheco, Tita Martín.
Fotografías: Santiago Bermejo.
