Cuando se dice ‘tiranía de los jóvenes’ no se está censurando a la juventud, ni a ninguna otra generación, sino que uno se refiere a cómo se aborda, por parte de los medios de comunicación, la publicidad y parte de la sociedad, bien amaestrados por los poderes económicos, la vida del ser humano: estos colocan a la época de juventud como la mejor, mientras que la lógica natural dice que la vida dura desde que naces hasta que mueres y que todos queremos vivir el máximo tiempo posible.
Posiblemente, el uso que se hace por parte de la sociedad, y fundamentalmente por el poder económico, a través de su gran ventana, como son los medios de comunicación, es el de engatusar a las generaciones más jóvenes con las triquiñuelas de siempre. Estas son las de ascender a la juventud a un estatus único en la vida y a hacerles creer en algo que no existe, como pueden ser los superhéroes o el denostado metaverso, cuando su único objetivo es que esa generación consuma.
Para reflexionar sobre este tema, lo primero sería definir cuándo a una persona se la considera mayor, y parece ser, de acuerdo con las normas establecidas en la sociedad occidental, que podríamos entender que es en el momento en que se accede a la llamada jubilación, o sea, a los 65 años.
Quizás podríamos tener en cuenta que, por primera vez en la historia, el número de personas en el mundo de más de 65 años en el año 2010 ya superó al número de niños menores de cinco años, habiendo en España a enero de 2023 unos nueve millones de personas mayores de 65 años, cifra que va en ascenso.
Por motivos de la evolución y de la infatigable actuación de la ciencia, se ha conseguido que el ser humano sea más longevo. Con lo cual, a esa nueva generación, que podríamos denominar como generación longeva, se la debe hacer un hueco en la sociedad.
Posiblemente, y analizando el comportamiento de esta nueva generación, sea conveniente reflexionar sobre cómo esa nueva generación, haciendo uso de lo vivido en su larga vida, se acomoda a un “vivir bien” y se convierte en una parte de la sociedad que disimuladamente está favoreciendo a la nueva geopolítica mundial, en su entender, de cómo funciona globalmente el poder económico en el conjunto de la sociedad.
Se está corriendo el riesgo de que algunas personas jubiladas no perciban más, en su mente, que su mundo personal, y no se den cuenta de que la vida dura hasta que uno se muere y que un alto porcentaje de personas que no están en su mundo continúan teniendo problemas vitales para poder continuar su andadura.
Existe una teoría entre las grandes productoras de cine, que están viendo que una gran parte de la población mundial no se ve reflejada en las pantallas por el hecho de que todas sus historias son por y para jóvenes.
En esta misma línea, las grandes empresas farmacéuticas comienzan a analizar la posibilidad de incrementar medicamentos para esta nueva generación, aunque su enfermedad economicista les lleve a pensar en medicamentos no solamente curativos, sino de alargamiento de la vida.
Posiblemente, con la aparición de esta nueva generación longeva, nuestros políticos, cuando vayan a confeccionar los presupuestos de las diferentes administraciones públicas que dirigen, sean capaces de analizar la pirámide poblacional de sus circunscripciones, no sea que planteen inversiones y actividades para un número de personas que no tienen.
De acuerdo con una encuesta publicada por la empresa 40 DB, se deduce que el 26 % de los jóvenes varones en España prefieren, como forma de gestión política, en algunas circunstancias, una dictadura a una democracia. Consideran como jóvenes a las personas entre 18 y 26 años y podemos apreciar que la encuesta, además de estar interesadamente planteada, no indica claramente qué se quiere decir con “en algunas circunstancias”. Si se analizaran los gobiernos del resto del mundo que viven en dictaduras, veríamos cuanto tiempo duran y cuáles son sus métodos.
Posiblemente la gestión de la sociedad, además de ser muy compleja, no puede mantener constantemente la misma forma. Aunque se presupone que el conjunto de la sociedad quiere que toda ella viva mejor, existen dudas sobre si este objetivo solo se busca para quien así lo proclama.
Sabido es, porque así lo dicen las hemerotecas, que en los últimos siglos, lo que han manifestado los grupos populistas o de extrema política, ha sido cierto, y que es injusto para la gran masa de la sociedad lo que está y estaba sucediendo, pero no han sido capaces de plantear iniciativas posibles que solucionaran esas grandes verdades y se han limitado a seguir haciendo lo mismo que ellos criticaban, incrementando la imposición a casi todo y muchos de ellos pasándose al lado insolidario de los del “VIVIR BIEN”.
Al poder económico y a sus ventanas al exterior (los medios de comunicación) les interesa mantener la idea de que la juventud es la base de la vida, porque es una muy amplia capa de la sociedad, y utilizándola y manejando sus cerebros, mantienen e incrementan sus enormes patrimonios.