9 de mayo de 2025
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«La agricultura es un modo de vida que necesita respeto, menos burocracia y más facilidades»

¿Quién vive aquí?

8 de mayo de 2025

Daniel Muñoz, Daniel Mongil y Mario Lobato son agricultores en Laguna de Duero y con apenas 30 años ya han visto la cruda realidad de un sector que, “pese a lo importante que es para la sociedad, cada vez sufre más trabas”.

Como un modo de vida y algo que han visto en casa desde pequeños, la agricultura es el pan de cada día para Daniel Muñoz, Mario Lobato y Daniel Mongil, tres laguneros que han crecido entre tierras, arados y cultivos y que han hecho de esta su profesión, no solo por el legado familiar que los precedía, sino porque desde niños tenían claro que su vocación y futuro estaba en el campo. Sin embargo, a sus 28, 29 y 33 años ya han podido ver de cerca el “desconocimiento” que hay del sector y cómo “desde los despachos intentan controlar un trabajo sobre el que no tienen ni idea”, y por eso reclaman “más respeto y facilidades para que no se le quiten las ganas a las próximas generaciones que quieran dedicarse a esto”.

Muñoz comenta que él estudió la carrera de Comercio “por si acaso”, pero sabía que su vida estaría ligada a las explotaciones de su familia, sobre lo que coincide Lobato, quien, centrándose más en este ámbito, completó el grado medio de Agricultura y Ganadería, mientras que Mongil se enfocó en Administración, Marketing e Investigación de Mercados. Y es que todos ellos están de acuerdo en que hoy en día “es indispensable tener un mínimo de estudios y saber un poco de todo, sobre todo para que los trámites con las administraciones sean más fáciles”, pero también porque la informática está cada vez más presente y, según comentan a modo irónico, “el campo ha llegado a ese punto de renovarse o morir”.

Admiten que la digitalización, unida a la cada vez mayor modernización de las máquinas y el tener que hacer papeles constantemente, es un hándicap para muchos agricultores que no están tan familiarizados con las nuevas tecnologías. Y ese es uno de los principales desafíos que afrontan hoy en día los agricultores, aunque no es el único, pues los costes de producción, la variabilidad de los precios, “que no vayas al supermercado y encuentres productos encarecidos en un 200% o 300%” y “esa burocracia que nos persigue y vigila” también son temas que preocupan a estos jóvenes, quienes consideran que los despachos deberían de estar instalados en los campos, “para que así vieran de primera mano cuáles de sus normas son viables y cuáles no”. Además, a ello se suma la competencia desleal, pues este trío concuerda en que “teniendo aquí los mismos productos y de mejor calidad es ridículo traerlos de fuera”, y apostillan que “no sirve de nada llenarnos la boca diciendo que en Europa somos muy modernos y ecológicos cuando luego importamos alimentos que no pasan las mismas medidas sanitarias que los nacionales”.

Señalan que “aunque no lo parezca” son muchos los jóvenes que se dedican hoy en día a la agricultura, pero matizan que si el relevo generacional es tan débil se debe muchas veces “al riesgo en las inversiones iniciales o el hecho de no haber mamado en casa la pasión por el campo”. Asimismo, añaden que la gente mayor “tampoco ayuda”, pues “muchos agricultores jubilados siguen en activo y no dejan paso a las próximas generaciones, a lo que se suma la idea de que si no tienes una carrera no eres nadie y muchas de las profesiones con ciclos formativos se están dando de lado”.

Sobre la era digital, los tres coinciden en que la digitalización y nuevas tecnologías “no son tan malas”, pues en muchos casos los cuadernos de campo benefician a la hora de ahorrar insumos y hacer más rentables sus explotaciones. De la misma manera las aplicaciones móviles son un punto de apoyo para ellos, pues hay de todo tipo, desde automatización de riegos, hasta sensores de humedad del suelo o medición de parcelas. Y las redes sociales son para ellos un escaparate para mostrar al mundo con videos o fotografías las tareas de siembra, arado, recogida…

Con sus cultivos dispersos entre Laguna y otros municipios de la provincia como Herrera, Simancas o La Cistérniga, comentan que la agricultura en Laguna “ya no es lo que era”. “A los vecinos les molesta todo, si riegas, si pasas con el tractor por la calle -cosa que cada vez es más complicada con tantos coches y badenes-, y no piensan en el daño que hacen ellos cuando te mueven los aspersores o dejan sueltos a los perros por las tierras”.Por ello, demandan una mayor concienciación y respeto sobre su profesión, pues matizan que la gente tiene que ser consciente de que “la agricultura es la que nos da de comer y hay que cuidarla”.

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