Su trayectoria creando versos y tonadillas, así como su profesión como podólogo, han hecho que reciba este homenaje durante los actos de la semana del Día de la Vieja
Las tradiciones de antaño, así como el legado de nuestros mayores es lo que marca la historia de un municipio. Por ello, en Laguna de Duero ya es una tradición muy arraigada aprovechar las actividades de la semana previa al Día de la Vieja para rendir homenaje a esas personas que marcaron un pasado para garantizar nuestro futuro. En este sentido, la gala ‘Oficios de ayer’ es un tributo a todos ellos y, como cada año, este 2025 ha galardonado a una de las personalidades más relevantes de la localidad, recayendo el reconocimiento en el poeta y podólogo lagunero Manuel Merino.
Nacido en El Pardo (Madrid) y afincado en Laguna de Duero, a sus casi 98 años Manuel es podólogo de profesión, de lo que ejerció tanto en la calle Montero Calvo como en Torrelago. Además, también fue practicante en la IVECO y más tarde ocupó una plaza en la Seguridad Social. Pero su gran pasión siempre ha sido la poesía; y es esa predilección por los versos, las composiciones y tonadillas es lo que le ha hecho ganarse el renombre del poeta de Laguna, siendo reconocido por ello allá por donde va.
Trovador de la vida, en sus poemas Merino siempre ha reflexionado sobre distintos temas, dando lugar a obras como ‘Balcones Interiores’ (2011), donde el amor o el saber son el hilo conductor; otros como ‘Vivir pensando’, que le granjeó la victoria en el Certamen Literario de 2016, o su último libro ‘Pude ser tú’, en el que la religión y las reflexiones sobre Dios y la fe marcaron la métrica de sus versos. De la misma manera, las Justas Poéticas laguneras son un nicho de creatividad para él y un certamen en el que ya ha sido premiado en varias ediciones (2015, 2016 y 2017).
Así, con ese bagaje lírico, Manuel Merino ha recogido este viernes ese merecido homenaje, que llega para él de una manera «inesperada, pero muy agradecida» y cuya placa asegura que formará parte a partir de ahora de la decoración de su salón. Durante la entrevista realizada en el propio acto, Merino ha repasado algunos de los grandes momentos de su vida, donde la poesía siempre estuvo presente, pues según él mismo ha afirmado «siempre he sido poeta».
De la misma manera, ha rememorado como su dedicación como practicante lo llevó a conocer a su gran amor, su esposa María del Rosario Castro, a quien a lo largo de su vida y, sobre todo en el momento del cortejo, «escribí bastantes poemas», de hecho, ella también era practicante y ejercía junto a él en el barrio Girón de Valladolid, y entre risas ha recordado que «en ese barrio asistimos tantos partos que estaba lleno de Manolos y Marías del Rosario». Además, fue aquí donde también fue profesor de matemáticas «para ayudar a los chicos del barrio».
A la cita, celebrada en el Salón de Actos del Centro de Personas Mayores este viernes, presentada por Tamara Hernández, y que ha contado con una gran afluencia, han acudido distintos miembros de la corporación municipal, encabezados por el alcalde, Avelino Álvarez, quien se ha deshecho en elogios con el homenajeado, recordando la importancia de este evento «que pone en valor la trayectoria de nuestros mayores y, en esta ocasión, de Manuel Merino, que a sus 98 años sigue haciendo gala de una vitalidad envidiable, de una gran sensatez, de ese talento para las rimas y de una vida dedicada a los demás».
Amante de la música y los conciertos, tras recoger el reconocimiento, Manuel Merino ha disfrutado de la actuación de la Banda de Música de Laguna de Duero junto a sus familiares y amigos, poniendo así el broche a una cita «memorable» en la que también se otorgaron los premios a los Juegos del Ayer.
Fotografías: Santiago Bermejo.