27 de julio de 2024
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La tecnología desarrollada por el lagunero Fernando Rull aterriza con éxito en la superficie de Marte

Actualidad

19 de febrero de 2021

El vehículo robotizado más grande y sofisticado hasta la fecha llegó este jueves al planeta rojo, donde buscará rastros de vida gracias, en parte, al trabajo desarrollado por el equipo del investigador lagunero 

Casi siete meses después del lanzamiento al espacio del Rover ‘Perseverance’, el vehículo robotizado más sofisticado creado hasta la fecha logró aterrizar con éxito en la superficie de Marte, cumpliendo un importante objetivo de la misión MARS 2020 coordinada por la NASA. Lo hizo este jueves, cuando los relojes marcaban las 21:55 horas en España. Pese a los riesgos que entrañaba el proceso de tomar tierra en la superficie del planeta rojo, la operación se desarrolló con éxito, lo cual fue motivo de celebración a lo ancho y largo del mundo, pues se cumplía un hito histórico en la exploración espacial.

Uno de los puntos donde se celebró este logro más efusivamente fue el centro de astrobiología de la Unidad Asociada UVA-CSIC, ubicado en el Parque Tecnológico de Boecillo, donde precisamente un lagunero, el investigador Fernando Rull, dirige el equipo responsable del sistema de calibración de la SuperCam, uno de los instrumentos instalados en el ‘Perseverance’. Rodeado de sus compañeros de equipo -un grupo de investigación del Departamento de Física de la UVA- y de algunos familiares, el científico lagunero soportaba la agonía de los «siete minutos de terror», los más complicados de todo el viaje y durante los cuales el ingenio espacial no podía ser dirigido desde la Tierra.

Tras entrar a la atmósfera marciana a casi 20.000 kilómetros por hora, la nave dispuso de este tiempo para decelerar hasta los 2,7 kilómetros por hora, la velocidad a la que una persona camina, para aterrizar suavemente sobre el planeta rojo. En este momento todo dependía de la inteligencia artificial del artefacto, ya que cualquier orden enviada desde la Tierra tardaría once minutos en llegar hasta él, mucho más tiempo del que dura la maniobra completa de aterrizaje. En esta fricción atmosférica, el rover ‘Perseverance’ se encontraba sufriendo temperaturas de hasta 1.300 grados centígrados, al tiempo que reducía velocidad hasta la activación de un gran paracaídas. Gracias a la tecnología del radar, el propio vehículo exploró entonces el terreno, seleccionando un lugar seguro para su aterrizaje dentro del cráter Jezero, de 48 km de diámetro y situado cerca del ecuador del planeta rojo.

Después de minutos de incertidumbre y nerviosismo -el trabajo empleado se ha llevado a cabo durante cerca de seis años- el vehículo tomaba tierra sin complicaciones, causando alivio entre todos los presentes. «Es mucha excitación porque estábamos esperando algo muy importante. A pesar de la experiencia que ofrece la NASA el error estaba en mente, pero ha sido un éxito magnífico. Es maravilloso», apuntaba el investigador lagunero.

Minutos después de la llegada del vehículo, este enviaba las primeras imágenes de la superficie marciana. De esta manera se da luz verde a una misión que se prolongará durante 687 días terrestres y por la que se tratará de localizar rastros de vida en lo que fue un lecho de un lago hace millones de años. En este proceso será donde cobre protagonismo el trabajo coordinado por Fernando Rull. Gracias al complejo sistema de calibración desarrollado por su equipo, llevará a cabo sus tareas el instrumento SuperCam, instalado en el mástil del rover ‘Perseverance’, que ya trabaja sobre la superficie marciana.

Esta tecnología servirá para buscar signos de vida, obtener oxígeno de su atmósfera y recopilar muestras de rocas para que, dentro de unos años, una nueva misión las recoja y las lleve a la Tierra para analizarlas con más detalle. Ya que, aunque ‘Perseverance’ está equipado para llevar a cabo sus propios análisis, solo en los laboratorios terrestres será posible estudiar a fondo las muestras recopiladas, que según la NASA podríamos tener en casa hacia el año 2031 (A día de hoy no existe tecnología aún para retornar del planeta rojo).

La misión probará también si es posible volar en Marte, cuya atmósfera es un 99% menos densa que la de la Tierra. Ese es el objetivo del helicóptero ‘Ingenuity’, cuyas cuatro aspas deberán girar a mucha más velocidad que las de un helicóptero terrestre para poder sostenerse en el tenue aire marciano. Si ‘Ingenuity’ tiene éxito, podría convertirse en un elemento habitual en futuras misiones de exploración al planeta rojo.

El lugar de aterrizaje, el cráter Jezero, se encuentra en el borde occidental de una llanura, Isdis Planitia, justo al norte del ecuador marciano, a 2.300 km del cráter Gale, donde sigue operando su antecesor, ‘Curiosity’. Los científicos creen que Jezero fue habitable en el pasado remoto del planeta, cuando mares y ríos florecían en Marte. De hecho, el cráter contiene arcillas, que solo se forman en presencia de agua, lo que indica que una vez, hace unos 3.600 millones de años, fue un lago en el que desembocaba un gran río.

Jezero, por lo tanto, tiene muchas posibilidades de conservar aún signos de vida pasada. A diferencia de otras misiones, cuyos objetivos habían sido buscar agua y determinar la habitabilidad de Marte, ‘Perseverance’ será el primero en rastrear directamente las firmas biológicas que delaten la presencia de organismos vivientes. Si lo consigue, será la primera vez que el ser humano encuentre pruebas de vida fuera de la Tierra. Un gran paso para saber si estamos, o no, solos en el Universo. Y un gran trabajo en la que ha tenido protagonismo uno de los referentes científicos de Laguna de Duero, Fernando Rull.

Fotografía con las primeras imágenes enviadas por ‘Perseverance’ desde la superficie de Marte (NASA).

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