En España ya hay software basado en Inteligencia Artificial capaz de instalarse en los sistemas de videovigilancia tradicionales para analizar de forma constante a los clientes y detectar cualquier actividad sospechosa que pueda representar un riesgo para nuestro negocio.
El 2024 fue un año complejo para los negocios de Castilla y León, no por la inestabilidad económica que afectó a la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas (pymes), sino por el incremento en los robos a tiendas en toda la Comunidad. Los negocios más afectados serían los supermercados y minoristas de productos básicos.
Si bien la caída en el número de robos a inicios de la década parecía prometedora, estos crímenes no han parado de crecer de desde hace al menos 4 años.
Hablamos de robos diarios que pueden ir desde unos cuantos euros en mercancía de bajo valor, hasta pérdidas importantes, daños a la infraestructura e incluso ataques al personal como consecuencia de asaltos con violencia. Los crímenes serían cometidos principalmente por ladrones reincidentes y bandas de crimen organizado.
Innovación en seguridad
Entendiendo cada crisis como una oportunidad de cambio, los empresarios de la Comunidad no se han dejado afectar en demasía por esta situación, sino que han realizado grandes esfuerzos para innovar en materia de seguridad, implementando e incluso creando alternativas para mejorar las medidas de protección empresarial.
Un ejemplo de esto es el de Veesion, un proyecto nacido en Salamanca que utiliza inteligencia artificial para prevenir delitos en tiendas y acelerar los tiempos de respuesta. El software, compatible con cualquier sistema de videovigilancia, utiliza herramientas de aprendizaje profundo para el reconocimiento de gestos.
Su objetivo es analizar el comportamiento de los consumidores dentro de la tienda, estudiando un sinfín de movimientos corporales y faciales para detectar actitudes sospechosas que puedan representar un peligro. Lo más innovador de la herramienta es que tiene la capacidad de aprender a medida que detecta riesgos de forma exitosa, acelerando la detección y respuesta en eventos posteriores.
Un buen número de empresas también está utilizando sistemas de control de acceso con tarjeta, que no solo sirve para disminuir la posibilidad de intrusiones, sino también para monitorear y limitar el movimiento de personal dentro de la empresa, evitando que personas sin las credenciales adecuadas puedan acceder a zonas restringidas.
Miles de empresas, especialmente aquellas que se dedican a la venta de ropa, también están implementando con cada vez más frecuencia las populares etiquetas RFID, que cuentan con un chip de radiofrecuencia diseñado para hacer saltar las alarmas cuando este abandona el establecimiento sin pasar primero por caja.
De igual manera, la ciberseguridad estaría convirtiéndose en una prioridad para las empresas, que se enfocan tanto en la implementación de nuevas herramientas de protección de datos, como en la formación del personal para disminuir el error humano.
Actualmente incluso se cuenta con aplicaciones desarrolladas por los cuerpos de seguridad para que los empresarios y las autoridades puedan comunicarse de forma directa, algo especialmente relevante al momento de denunciar un crimen.
Los retos para el sector privado
Si bien es cierto que la tecnología evoluciona para adaptarse a las nuevas amenazas, aún existe una serie de retos que las empresas deben sortear al momento de implementar las medidas de seguridad necesarias para disminuir el crimen en sus instalaciones.
Una de las más importantes según buena parte de los empresarios es la falta de penas realmente efectivas para disuadir a los posibles criminales, ya que el robo reincidente sería una de las amenazas más recurrentes para los negocios locales.
El dinero también sería un problema importante ya que, aunque casi el 20% de las pymes esté dispuesta a invertir en nuevas tecnologías, y hasta el 80% tiene planeado incrementar su presupuesto de ciberseguridad, la rentabilidad estaría en descenso, cayendo hasta un 12% el año pasado en comparación con la cifra registrada en el 2019.
Por su parte, los costos operativos habrían incrementado en hasta un 26% durante el mismo periodo de tiempo, mostrando que buena parte de los empresarios debe hacer “malabares” con el dinero para poder cubrir los gastos básicos e invertir en tecnología de punta al mismo tiempo.
El desconocimiento en materia de seguridad informática sigue siendo un problema, especialmente para las empresas de menor tamaño, con más del 30% siendo incapaz de implementar las medidas de ciberseguridad necesarias.
Con la pandemia incrementando el número de empresas que se digitalizaron, así como el crecimiento del teletrabajo, las medidas de ciberseguridad no deben verse como algo estático, sino como un mercado en constante evolución que debe ser monitoreado.
La situación que atraviesa España está lejos de ser ideal, especialmente en lo que respecta a la seguridad empresarial. Sin embargo, de la mano de emprendedores innovadores y un buen número de herramientas tecnológicas, cada vez más negocios cuentan con las herramientas necesarias para disminuir los riesgos a los que están expuestos cada día.